Flor del paraíso

AutorSusana Mendoza Shen

Flor del paraíso

Por Susana Mendoza Sheen

La orquídea armoniza belleza y fuerza que presenta en una variedad infinita. El Perú , para maravilla de expertos, es un lugar bendecido por su selva nubosa y húmeda, hábitat natural de esta admirada flor.

Las orquídeas son las especies más evolucionadas de las plantas, lo dicen no solo sus amantes, sino también los estudios de su belleza vasta y diversa. Cada flor de una especie o género deja boquiabiertos a quien contempla, más si su fragancia natural envuelve sus sentidos, o a pesar de ella, porque existen algunas malolientes, no lo aleja de la observación fiel.

No importa cuál sea la forma, tamaño o color que exhiba, su legión de administradores aumenta cada día. Quizá, por esa razón, crece en nuestro país una corriente de opinión, entre el sector público y privado, por invertir en la conservación, investigación y producción de esta planta pródiga en hermosura.

El hábitat natural de la orquídea en nuestro país es la selva baja, donde abundan los bosques nubosos y la humedad. En Urubamba, Cusco; Tarapoto, San Martín; pero también en Áncash y Huancavelica existen amplias zonas donde puede apreciarse diversidad de especies, como en Madre de Dios y Amazonas.

Esta ubicación geográfica es un indicador importante de la calidad de los ecosistemas. Porque allí donde existe una sencilla y encantadora orquídea, de dos milímetros o setenta centímetros, quiere decir que la armonía de la naturaleza no se alteró, sino que se mantiene intacta con sus propias leyes.

Una zona importante, por ejemplo, es donde se ubica el Santuario Histórico de Machu Picchu, considerado por el Ministerio del Ambiente un área protegida...

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