Por fin un censo con seso.

AutorGarc
CargoCenso de poblaci

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Hace más de tres décadas, allá por junio de 1972, fui empadronador en el VII Censo Nacional de Población y II de Vivienda. Cursaba cuarto de secundaria y nunca imaginé que, muchos años después, volvería a participar en un proceso similar. En aquel gris invierno limeño, yo era alumno del colegio Inmaculada. El general Velasco gobernaba el país y, una vez más, se hacía necesario saber cuantos éramos y cómo vivíamos. Llegaron a mi aula unos capacitadores --presumo que del Instituto de Estadística de entonces-- y nos explicaron la labor que realizaríamos los empadronadores voluntarios en las doce horas del día escogido para el Censo. Por las instrucciones recibidas durante un poco más de una hora, me pareció que el > resultaría sencillo.

Sin embargo, una vez en el terreno descubrí que este tipo de tareas, y en general este tipo de procesos, no son cosa fácil. Ese domingo el país estaba inmovilizado. Mi carga de trabajo correspondía al distrito de Jesús María; empecé en el parque Wiracocha. Luego de empadronar algunas viviendas, entendí que no estaba formulando bien las preguntas. Casa por casa me fui percatando de las complejidades de una entrevista larga, de cuáles eran las conexiones lógicas entre las preguntas y entendí lo mal que había hecho mi labor hasta ese momento. Recuerdo que al final de la jornada sentí que mi trabajo había quedado inconcluso e incompleto, sensación que perdura hasta hoy.

Han transcurrido más de treinta años, mucha agua ha corrido bajo los puentes, el Perú ha cambiado radicalmente y ya ni me acuerdo desde cuándo uso bigote. Durante ese tiempo he trabajado en distintas esferas de la vida privada, he participado en muchas batallas de variada índole y ahora, por esos designios que nos hacen decir de vez en cuando que la vida da muchas vueltas, algunas de ellas insospechadas, me tocó participar en la gestión del X Censo de Población y V de Vivienda.

Un censo es una investigación estadística que comprende a toda la población de un país. Su objetivo es capturar información actualizada sobre el número de habitantes dentro de un territorio determinado --lo que incluye a los extranjeros residentes--, y el acceso y calidad de los servicios básicos que existen en sus viviendas. De acuerdo a la información que se obtenga, el Estado podrá organizarse, con un cabal conocimiento de su realidad demográfica y de vivienda, elaborar sus planes de desarrollo y tomar mejores decisiones.

Suena sencillo pero no lo es...

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