La fiesta fue de 'Mou'

Por Jorge Barraza. ColumnistaCuando el almanaque deshojaba el penúltimo día del año pasado, falleció Maguregui, un vasco que fue estrella del Athletic de Bilbao con los cortos, allá por los 50. Era crack, dicen; un ?5? de fuerte presencia que llegó incluso a la Selección Española. Luego alargó la pasión en la dirección técnica, sin alcanzar afuera el brillo de adentro, pero quedó en la historia por un planteo que hizo una tarde de 1984, como visitante, frente al Barcelona o el Real Madrid. José María Maguregui dirigía al modesto Racing de Santander y ante la diferencia abismal de calidad en los planteles, se le ocurrió aplicar una táctica ultradefensiva: nueve hombres en su área y en las inmediaciones, y uno en el medio, pendiente de pescar algún rebote. La idea estaba clara: raspar un punto.Funcionó. El rival se topó contra ese muro humano y fue empate. Al día siguiente, un periodista lo graficó con ingenio: ?Era imposible pasar, Maguregui estacionó el autobús del Racing delante de su arco?. Desde entonces, cada vez que un equipo se para de manera tan conservadora, la prensa habla de ?la táctica del autobús?.El invento de Maguregui sumó muchos adherentes a lo largo de los años. Antes de morir tuvo ocasión de conocer a José Mourinho, uno de sus alumnos más aventajados. La diferencia es que el portugués conduce el autobús de entidades poderosas como el Chelsea, el Inter, el Real Madrid. Esta semana lo aparcó dos veces delante de su arco: el martes en el juego de Champions frente al Atlético de Madrid, y ayer ante el Liverpool en la ciudad de Los Beatles.El Liverpool de Brendan Rodgers, la sensación de la temporada en Inglaterra, es el equipo más goleador de Europa. También el más ofensivo, ataca desde el este, el oeste y desde el sur. Llevaba 95 goles en 35 partidos y un largo invicto. Una victoria en casa sobre los azules de Stamford Bridge los dejaba saboreando el dulzor del título después de 24 años.La euforia mezclada con ansiedad en Anfield Road presagiaba un estallido al final. Claro, no contaban con Mourinho, el chofer más cotizado del mundo. ?Mou? llegó con el autobús, lo paró frente al arco de Schwarzer y en él se estrellaron todos los balones y las ilusiones liverpoolianos. No hubo caso. Durante largos lapsos, en los córners y tiros libres, los once del Chelsea estaban rodeando su área. No solo no pudo anotar, no logró generar una sola maniobra de peligro real. Así es difícil. Habitualmente se le critica al Barcelona que suele...

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