La fiebre amarilla

Por Pedro Canelo. Enviado especialHace cuatro días escribí que este Mundial parecía una Copa América. Me retracto, este Mundial es una Copa América. El estadio Mineirao de Belo Horizonte ayer pudo ser confundido con el Metropolitano de Barranquilla. Una fiebre amarilla que rodeó al coloso de esquina a esquina. Colombia tiene una de las barras más bulliciosas en este torneo. Pero no solo se escucha cumbia en los parlantes mundialistas. También hay tango, cueca y rancheras. Latinoamérica redescubierta para los ojos de todo el planeta.Quizá por la distancia, o por los precios caros, o por los rumores mediáticos sobre la inseguridad en las ciudades brasileñas, cualquiera de estas razones ha disminuido la cantidad de europeos y asiáticos en esta Copa del Mundo. Son una evidente minoría. Las diferencias son elocuentes y han superado cualquier cálculo. Cada equipo americano es local a pesar de estar a miles de kilómetros de casa.No solo están en los estadios, sino también en los Fan Fest, esos espacios feriales que se han levantado en...

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