¿Feliz día del campesino?

Desde la reforma de Velasco la tentación de convertir al sector agrario en coto de caza de medidas populistas y mercantilistas es casi irresistible. Fiel a esa tradición, el domingo pasado, día del campesino, el presidente Humala anunció que el gobierno inyectará 100 millones de soles a Agrobanco, a fin de entregar crédito agrario barato a miles de agricultores peruanos.

Suponemos (esperamos) que no se llegará al extremo del denominado ?crédito cero? (préstamos sin intereses) del primer gobierno del señor García. No obstante, para ofrecer crédito a tasas más baratas que el sector privado innegablemente algún tipo de subsidio existirá.

Como el Estado ha decidido regalar dinero de los contribuyentes, vale la pena hacer algunas preguntas. Para comenzar ¿llegará el subsidio a gente realmente necesitada? Los antecedentes de Agrobanco, desgraciadamente, despiertan muchas dudas. Hoy los destinatarios de sus créditos, en su mayoría, no necesitan realmente de un subsidio pues son competitivos y ya han conquistado importantes mercados. La mayor parte de la cartera de S/.250 millones de esta institución está colocada en productos de exportación (café, espárrago), dirigidos a un sólido mercado interno (engorde de ganado, arroz, caña de azúcar) y en productores que poseen entre 5 y 6 hectáreas; es decir, en personas distintas de los campesinos minifundistas a los que supuestamente debería ayudar. ¿Por qué aumentar un injustificado subsidio a agricultores que pueden salir adelante por sí solos?

Alguien, sin embargo, podría decir que la solución es vigilar que Agrobanco preste solo a quien debe. En ese escenario, ¿realmente podría recuperar los créditos que otorgue? Difícilmente, pues una de las últimas cosas de las que puede presumir es de ser buen cobrador, pues sufre de una morosidad del orden de 11%, frente a 1,5% del sistema financiero. Y si el pasado nos ha enseñado algo es que los montos no recuperados de los bancos estatales terminan siendo condonados por la simple razón de que ningún presidente cosecha votos cobrando deudas. La cuenta se termina pagando con los impuestos de todos los peruanos o, como en el caso del Banco Agrario liquidado en los 90, mediante emisión monetaria que abre una cornucopia inflacionaria que solo beneficia a los vivos y deja...

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