La felicidad y el Estado

Por Liuba Kogan (*)

Si bien definir la felicidad y medirla es un asunto complejo, en los últimos años encontramos instituciones interesadas en mostrarnos cuán felices o infelices somos los habitantes de diferentes partes del mundo. Ello tal vez se deba al imperativo de gozar que las sociedades contemporáneas nos proponen y a la capacidad que tenemos de comparar nuestras formas de vida, gracias a la cobertura de los nuevos medios de comunicación.

Un hallazgo muy interesante de la Corporación Latinobarómetro ?institución que aplica alrededor de 19.000 entrevistas en 18 países de América Latina cada año, representando a más de 400 millones de habitantes? es que ?? la satisfacción con la vida no cambia en la región, es inelástica a los acontecimientos y se mantiene a lo largo del tiempo independiente de ellos?. En otras palabras, la satisfacción con la vida no se encuentra fuertemente relacionada con el ingreso que perciben las personas ni tampoco está directamente relacionada con las situaciones coyunturales de la política. Razón por la cual podemos encontrarnos con poblaciones con un alto índice de satisfacción con la vida a pesar de vivir en países violentos o con gran inequidad socioeconómica.

Según el estudio de The World Database of Happiness, realizado entre el 2000 y el 2009 por la Universidad Erasmus en Holanda, el Perú es menos feliz que sus países vecinos. Si se define a la felicidad como ?el goce subjetivo respecto a la propia vida como un todo? y se representa como un número entre 0 y 100, el Perú obtiene 49 puntos, mientras Ecuador 53, Colombia 63 (el país más feliz de América del Sur), Brasil 61, Bolivia 56, Argentina 62 y Chile 53. Del mismo modo, según la encuesta de la Corporación Latinobarómetro del 2011, el...

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