La farsa 'clase media'.

AutorLynch, Nicolás
CargoPODER Y SOCIEDAD

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Aníbal Quijano, en un texto publicado quince años atrás, nos habla ya de la "subalternización de los discursos sociales", (1) refiriéndose a la perversión de las categorías sociales producida por la hegemonía política y cultural del neoliberalismo y su subordinación a las necesidades del discurso dominante. Primero fue con la pobreza, asumida como un subproducto casi necesario del crecimiento económico y a la que había que brindar las atenciones que se da a una enfermedad, cuya responsabilidad por lo demás suele achacarse a sus portadores. En tiempos recientes ha sucedido lo mismo con la clase media, que a diferencia de la pobreza ya no se toma como vicio sino como virtud del mismo crecimiento económico. En ambos casos, la referencia a pobreza y a clase media no tiene que ver con una relación social, me refiero a una relación entre grupos sociales para conformar la sociedad, ni menos con el poder de turno o, peor todavía, la estructura del poder político. Ambas, cada cual en su momento, serían productos naturales, para peor o mejor, del devenir social. (2)

La categoría clase media, por lo demás, es un concepto difícil de definir por la flexibilidad y maleabilidad con que se usa desde tiempos remotos, (3) y diría que más que otros conceptos que tienen que ver con la clasificación de los grupos sociales, este suele usarse en un sentido metafórico (4) para referirse a los grupos medios o intermedios en una gradación social, gradación digo para no hablar de ideas más complejas como estructura o jerarquía. Este uso metafórico suele también ir acompañado de connotaciones políticas. En tiempos recientes, tales connotaciones apuntan casi exclusivamente a considerar "buena" la multiplicación de lo que se considera clase media porque sería una fuerza moderadora, estabilizadora y con tendencias inherentemente democráticas, léase a favor de las libertades individuales, en la sociedad.

Sin embargo, esto que hoy se da por descontado es dudoso que sea tal en la actualidad, y tampoco siempre fue así. Alguien tan cercano a nuestra reflexión social y política como Víctor Raúl Haya de la Torre señala, en su libro primigenio El Antiimperialismo y el APRA, a las clases medias como "sojuzgadas y destruidas por el imperialismo", por lo que las consideraba parte del partido-frente que debía confrontar al poder imperialista. (5) Para él, las clases medias no eran moderadoras ni estabilizadoras, sino revolucionarias. Frank Parkin (6) nos recuerda, desde la sociología tradicional, que esto se debe a la "inconsistencia de estatus" de quienes no creen tener el reconocimiento que merecen por sus calificaciones, por lo que recurren a la rebeldía para expresarse políticamente. Pero existe la tendencia contraria. José Félix Tezanos menciona a Theodor Adorno (7) y Hans Gerth, (8) quienes encuentran otra tendencia en lo que también se considera clase media al señalar que esta fue la principal base social de proyectos autoritarios como el fascismo, en este caso por su interés en la disciplina y el orden social, necesarios para defender sus posiciones ya ganadas.

Vemos entonces que la connotación política va acompañada de oportunidad histórica y construcción ideológica. En estos momentos de crisis de la hegemonía neoliberal en la región latinoamericana y en...

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