De las FARCa la hass

Por Manuela ZuritaSetiembre del 2015. Sucedió en Lima: Colombia fue elegida como la próxima sede del Congreso Mundial de la Palta 2019. La pelea era contra Nueva Zelanda, que disputaba la posición, luciendo su progreso en la producción del fruto. Los colombianos adornados con indumentaria futbolera tricolor mostraban en pantalla grande sus encantadores valles y su alegre gente. Las cifras revelarían el porqué de esa alegría: nuestros socios andinos pasarían de exportar palta por US$10,5 millones en el 2015 a US$35 millones en el 2016 y alcanzarían los US$53 millones el año pasado. Y este año se esperan US$70 millones, aseguran en Corpohass, el equivalente colombiano de Prohass. Aunque aún son ventas tímidas respecto a las del Perú. Con 230 mil toneladas despachadas por US$580 millones en el 2017, según el Minagri, nuestro país es el segundo proveedor global después de México. Pero las cifras de Colombia exhiben un potencial prometedor, que los inversionistas no han tardado en explorar. Corporaciones globales como Mission (en sociedad con la colombiana Cartama desde el año pasado) y la sudafricana Westfalia (que a principios de este año se asoció a la chilena líder de la fruta Agricom), las peruanas Camposol (que adquirió sus primeras 350 ha) y Agrícola Cerro Prieto (a través de una alianza de comercialización con Fruty Green en octubre pasado) ya lo han descifrado y han hecho su apuesta. En efecto, Colombia tiene varias ventajas competitivas para la palta o aguacate, como allá se la conoce, explica André Marques, gerente general de la consultora Competitive Agribusiness. Para los peruanos, parten con la posibilidad de garantizar programas de comercialización las 52 semanas del año, ya que la ventana productiva colombiana (octubre-marzo) completa la peruana (abril-setiembre). Además, por las condiciones agroclimáticas (se produce entre los 1.800 y 2.200 m.s.n.m.) el contenido de aceite del fruto que es su gran valor nutricional e industrial es superior. Y no menos atractivos son sus puertos en el Caribe (Cartagena y Santa Marta) y el Pacífico (Buenaventura), que permiten unos 10 y 15 días menos de tránsito hacia Estados Unidos y Europa, respectivamente, que desde nuestro país. Pero, sobre todo, hay agua y hay tierras. Se estima que existen unas 14 mil hectáreas instaladas de las 30 mil cultivables, dice José Luis Restrepo, presidente de Corpohass. La mayoría ubicada en el eje cafetero fueron abandonadas cuando la guerrilla arremetió hace más...

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