Los fantasmas de los vivos.

AutorTrinidad, Roc

El fantasma del comunismo recorre el Perú. Una santa cruzada se ha organizado contra tal fantasma. > y > pide el Presidente contra los >, cuya ideología --dice-- ha sido > pero que aún así > y siempre aparece detrás de > y del >. (1) La muerte del comunismo, valga la coincidencia, suena como un discurso > que canta por todo lo alto la victoria, dice Derrida citando a Freud, para >. (2) De esta manera, Derrida, de quien no puede decirse que haya comulgado con el dogmatismo marxista, creyó necesario alzar una voz divergente frente >, en cuyo escenario Marx es considerado el enemigo, el marxismo una mala palabra y el marxista un apestado.

Alan García no tiene la fuerza para resucitar al comunismo, pero sí a su fantasma y a los miedos aún no resueltos por los que se vincula al comunismo con el terrorismo. Haciendo eco de esta relación, algunos medios estigmatizan a los sindicatos y los identifican como la encarnación del mal. Sin embargo, en el complejo escenario actual, no hay víctimas ni victimarios. El juego del miedo no solo ha sido utilizado por el Estado y por los ecos de la élite empresarial, sino también por los propios sindicatos para desprestigiar y deslegitimar a las facciones beligerantes que cuestionaban la falta de democracia sindical. Tal fue el caso del SUTEP cuando, dirigido por Nílver López durante la huelga de 2005, acusó de prosenderista a la facción liderada por Robert Huaynalaya. No obstante, hoy la unión hace la fuerza y es posible ver a López, a Huaynalaya y a Muñoz, el nuevo secretario general del SUTEP, artificial y temporalmente reunificados contra el Estado-patrón.

Si bien no es necesario ser marxista para reclamar el cumplimiento de los derechos laborales, solo basta con requerirlos para que se saque de la chistera el espectro de Marx. En las manos de quienes lo usan como represión subjetiva, Marx se convierte en un bien de cambio, pues la pasividad y el silencio causados por el miedo de ser satanizados generan, a su vez, el incremento de la ganancia de la mano que mece la cuna. Como los sindicatos no son > ni están exceptuados de los >, (3) su calidad de amenaza se debe a que desestabilizan la continuidad del robustecimiento del capital a la sombra del trabajo ajeno, como en el caso de lo ocurrido en la minera Casapalca. Por ello, la exigencia de los derechos a la sindicalización, a la negociación colectiva, a la huelga, entre otros, requieren hoy más que nunca de >, que debe ser > (4) para hacerlos efectivos.

...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR