Falsa promesa

AutorThe Economist.

“Cuando pienso en el clima, pienso en empleos sindicalizados y bien remunerados”, dijo el presidente estadounidense Joe Biden. y “trabajo decente y la promesa solemne de que nadie se quedará atrás”. El gobierno intervendrá, el planeta se salvará y aparecerán buenos empleos. Los formuladores de políticas en los países desarrollados coinciden en que las políticas industriales que apuntan a cambiar la estructura de la economía estimulando sectores específicos tienen ventajas. La mayoría de la gente está de acuerdo en que la atención debe centrarse en el cambio climático. Pero, ¿tiene sentido combinar una política industrial destinada a promover la prosperidad en forma de crecimiento económico y creación de empleo con una política climática destinada a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y prevenir el calentamiento global? A menudo, combinar dos objetivos significa que ninguno de ellos se logra bien, por lo que habrá que tomar una decisión.

El argumento a favor de la acción climática comienza con las externalidades (costos o beneficios no creados por el productor). No hay mercado para la contaminación porque las emisiones de gases de efecto invernadero son gratuitas, por lo que hay exceso de oferta, aunque sea perjudicial. Una forma de resolver este problema es poner precio a las emisiones de gases de efecto invernadero, como hacen muchos países. Sin embargo, podría alentar la inversión para mejorar la eficiencia de la tecnología sucia, permitiendo que los combustibles fósiles obtengan una ventaja sobre la tecnología limpia. Por lo tanto, es necesario combinar el precio del carbono con subsidios para la investigación de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR