Falcao y Messi, otra dimensión

Por Jorge Barraza. Columnista

El fútbol es un juego colectivo, pero el público estalla en millones de partículas felices cuando las individualidades son muy brillantes. Fue lo que sucedió en esta penúltima jornada del año de la siempre apasionante Eliminatoria Sudamericana, la más peliaguda del mundo. Es curioso: el hincha pide que su equipo sea eso: un equipo. Y que los jugadores no pequen de individualistas. Sin embargo, explota cuando uno de los once se viste de Superman y los salva a todos. Entonces, el pueblo ama, adora, idolatra a la individualidad.

Es lo que sucede en Colombia con Radamel Falcao, en Argentina con Messi y, en las últimas jornadas, con Felipe Caicedo en Ecuador. La gente delira cuando ellos se sacan la ropa de calle, los anteojos, aparecen con su traje de superhéroe y llevan al equipo a la victoria.

Primero Falcao. Podría decirse que se encuentra en estado de gracia, ¿pero cuánto hace que atraviesa un estado de gracia Falcao? ¿Tres años? cuatro?? Los dos goles que le marcó a Paraguay son antológicos: entrada rauda por derecha, amague de remate, freno, el marcador que pasa de largo, enganche hacia adentro y toque suave al ángulo ¡con zurda! Dos goles con papel carbónico. Cualquiera que jugó fútbol sabe que toda la jugada es una epopeya técnica.

Con Cristiano, ahí. Pero ya casi no nos sorprende. Falcao nos está acostumbrando a estas proezas. En el lugar más difícil del fútbol, el área, donde no sobran tiempos ni espacios, donde se nublan mentes esclarecidas, saca de la manga siempre un recurso nuevo para sacudir la red. De derecha, de izquierda, de cabeza, picándola, colocándola arriba, a rastrón o como ayer (Paulo da Silva va a soñar con él: las dos veces siguió derecho hasta los carteles). Preguntamos humildemente: ¿Cristiano Ronaldo, hoy, es más que Falcao? Cristiano es un finalizador tremendo, sin duda, aunque con recursos bastante simples: lo habilitan, pica y gana en carrera (es muy veloz) y patea al arco.

Luego Felipao. Es el nuevo héroe ecuatoriano, una tromba humana cuya evolución es un caso para los anales del fútbol. En la Eliminatoria anterior parecía un elefante en un bazar. Hoy se lleva a la rastra a los marcadores con una potencia casi insólita, pero además juega bien. Y...

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