Otra facturita

Por Alfredo Bullard. AbogadoHace poco más de un mes publiqué en esta misma columna un artículo (?Una facturita?, 5 de julio del 2014) en el que cuestionaba una publicidad de la Sunat que buscaba hacernos sentir mal por pedir factura por gastos personales. Mi crítica buscaba hacer notar que ?dado que la justificación moral de un impuesto radica en cómo se gasta? la Sunat no tiene autoridad moral alguna para hacer sentir mal a nadie. Pero lo cierto es que la moralidad de los impuestos no solo tiene que hacer con el gasto sino también con los ?artilugios? creados para cobrarnos.Cayó hace unos días en mis manos la investigación de un estudiante de Derecho (Gabriel Fischman) sobre los nuevos juzgados contenciosos administrativos en asuntos tributarios y aduaneros. ¿Qué son? Pues son unos jueces designados para resolver los cuestionamientos que los contribuyentes (los ciudadanos y las empresas) tengamos contra decisiones de la Sunat y del Tribunal Fiscal. ¿Su función principal? Protegernos de las decisiones ilegales o arbitrarias de las autoridades tributarias al aplicarnos los impuestos.Y tiene mucho sentido. La autoridad tributaria cuenta con un poder enorme para cobrarnos impuestos en base a leyes y reglas aprobadas por el propio Estado, el beneficiario de la recaudación. El Estado actúa como un banco al que se le ha dado el poder de inventar deudas a voluntad y cobrárnoslas directamente. Suele pasar entonces que nos cobre en exceso, sin límites claros y como le dé la gana. ¿Y quién podrá defendernos? Pues el Poder Judicial, que, como un poder independiente del Estado, tiene por función protegernos de las autoridades.Por supuesto, para defendernos de manera efectiva, estos juzgados especiales tienen que ser autónomos e independientes. ¿Tendría usted alguna confianza en los jueces que tienen que defenderlo de la Sunat si estos fueran nombrados por la Sunat? Por supuesto que no. Por suerte eso no ha pasado. ¿Pero qué pasaría si los sueldos, locales, infraestructura, capacitación y todos los recursos de los jueces llamados a defenderlos fueran pagados por la Sunat? ¿Confiaría en esos jueces? Por supuesto que no...

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