Evasiones, allá y aquí

Por Economista

Una propuesta de alza de tarifa del metro de Santiago en 4% ha generado enorme desorden público. La respuesta inicial, de los jóvenes estudiantes, fue ?evadir? el pago. Luego se articuló el discurso y se masificó la protesta: se reclama porque hay un sistema individualista y poco solidario que lleva a un acceso muy heterogéneo a las pensiones, salud, educación, transportes y demás servicios. Si tu billetera puede, no tienes problemas, pero en caso contrario?Una evasión masiva llamó la atención. En contraste, aquí tenemos cotidianamente evasiones que ya no sorprenden. Esta mañana tres de cada cuatro personas que han salido a trabajar han evadido, consciente o inconscientemente, la seguridad social. Entre trabajadores jóvenes pobres la situación es aún más dramática: esto ha pasado con 19 de cada 20 de ellos.Tenemos un contrato social resquebrajado. Los individuos evadimos al Estado y este evade su responsabilidad de proveernos servicios básicos de calidad. Cada quien baila con su pañuelo y como resultado las oportunidades están distribuidas de una manera muy desigual, según la billetera y conexiones de cada quien. Esto no solo es contraproducente para la construcción de una sociedad cohesionada, también es pésimo en términos económicos, pues se desaprovecha enormemente el talento. Aquí la situación no es muy diferente a la del vecino del sur, solo que somos más callados.Hay que decirlo: hemos llevado a un extremo la fe en los mercados. Es cierto que ellos son el mecanismo más potente para la generación de bienestar económico y eficiente en la asignación de los recursos. Hemos sido felices beneficiarios de estas ideas en el pasado reciente. Pero también es cierto que hace falta matizar esta fe.No todos somos iguales frente a los mercados. Las personas generalmente tenemos menos poder que los otros actores de los mercados: empleadores o proveedores de bienes o servicios. Las economías de mercado, globalmente, se están moviendo hacia esquemas en los que ?el ganador se lleva todo?. Esto redistribuye el poder, y lo aleja de las personas.Los mercados y los apetitos desmedidos le están haciendo daño al planeta. Esto que sucede en las grandes corporaciones tiene correlatos a nivel micro, en nuestros hogares. Para esto basta notar que casi uno de cada cinco trabajadores trabaja...

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