Ética congresal versus otoronguismo

A hora que, finalmente, se acaba de instalar la Comisión de Ética Parlamentaria, es preciso preguntarse: ¿Tendrán los integrantes del nuevo Congreso la voluntad y la firmeza de marcar un punto de quiebre que deje atrás el llamado otoronguismo, la mal entendida disciplina de partido y los abusos de la inmunidad parlamentaria?

La demora en integrar e instalar la comisión despertó suspicacias. Habrá que esperar que se apruebe la agenda de trabajo y el tratamiento de los primeros casos para juzgar el derrotero. La meta se presenta muy ardua, tanto por el desusado número de congresistas denunciados, cuanto por la gravedad de las denuncias, desde faltas éticas y conflictos de interés hasta graves delitos.

Los partidos y movimientos con representación congresal tienen aquí una valiosa oportunidad de reivindicarse ante la ciudadanía por llevar entre sus filas a personajes realmente impresentables que dejan muy mal paradas a sus agrupaciones y al propio Parlamento. ¿Dónde están los mecanismos de selección? ¿Quién y cómo se dirigen los procesos de democracia interna? ¿O acaso se componen las listas de acuerdo con los aportes del candidato, sin considerar los graves perjuicios posteriores?

El asunto es tan grave para la institucionalidad democrática, por lo que urge también poner en agenda las iniciativas para replantear la inmunidad e...

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