Espectáculo y control social

Por Roxanne Cheesman. Historiadora económicaLos limeños tendemos a sospechar de la ?conspiración? y vemos tras cada hecho mediático un operativo psicosocial. Y los eventos de la última década del siglo XX justifican tal proclividad, aunque también la manipulación social a través de la ceremonia y el espectáculo ha sido utilizada desde hace siglos para dar forma a nuestra naciente conciencia criolla. En la Lima colonial se producían celebraciones con gran frecuencia. En 1630, por ejemplo, la ciudad vivió seis meses de fiestas. Estas comenzaron el 3 de noviembre, cuando el cabildo de Lima publicó en la calle Mercaderes el edicto que anunciaba el nacimiento de Baltazar Carlos, hijo del rey Felipe IV de España, ocurrido el año anterior. El anuncio dio inicio a una serie de actividades que celebraron la llegada del heredero varón que aseguraría la continuidad de la monarquía.Todos los limeños debían participar de las fiestas: los nobles desfilaron a caballo y la guardia del virrey lo hizo a pie. Siguió el Te Deum en la catedral, oficiado por el arzobispo de Lima. El sonido de las campanas de día y los fuegos artificiales en las noches acompañaron a los residentes durante semanas. La ciudad fue decorada por los comerciantes que competían en el lujo y la ostentación, y el frontis del palacio virreinal fue adornado con los retratos de los monarcas españoles. Siguieron meses de representaciones teatrales ofrecidas por gremios, estudiantes y castas, además, juegos, corridas de toros, desfiles de carros alegóricos y banquetes. Baltazar Carlos murió 16 años después, atacado por la viruela y luego de las ceremonias del luto y la pena, los limeños celebraron con el mismo fasto el nacimiento, en 1657, del nuevo heredero, Felipe Próspero, que moriría cuatro años después.Además de los nacimientos, Lima festejaba con fiestas y pompa los...

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