Esocansa .

Por Periodista

La lucha para detener la violencia contra la mujer es agotadora. Después de cada marcha, aparecen nuevas mujeres degolladas, golpeadas, quemadas. Tras cada denuncia vemos horrorizados nuevas imágenes en televisión de una madre arrastrada, humillada, pateada. Por cada columna, como esta, tratando de generar más conciencia, escucharemos a políticos y congresistas horrorizados con la palabra ?género? y poniéndole trabas a una educación basada en la igualdad.Resulta agotador, pero no podemos bajar los brazos, porque millones de hombres siguen con los puños en alto, estampándolos contra la cara, huesos, pechos de mujeres que ya no saben qué hacer para defenderse. Y es que no avanzamos. La cifra de feminicidios de este año superará con seguridad la del 2017. El domingo murió en Puerto Maldonado una joven a la que su pareja asfixió, golpeó hasta la muerte y luego quemó. Ayer amanecimos con la horrenda historia de una madre que fue degollada frente a sus propios hijos en Chorrillos. En Arequipa, la semana pasada una joven de 18 años murió golpeada y quemada por su enamorado, y ese mismo día en Chulucanas, Piura, otra mujer de 28 años fue atacada a puñaladas por su pareja hasta dejarla sin vida. No hay mañana que en los noticieros no tengamos que dar cuenta de una mujer a la que mataron o a la que intentaron matar y fallaron en el intento. Ya no tiene mucho sentido citar los casos, dar sus nombres, explicar las circunstancias en que...

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