Aún es posible la justicia

Por Leopoldo Caravedo Molinari. Padre de familia, deudo de UtopíaHace 11 años nuestros hijos se fueron en un viaje sin retorno. No fue un viaje que planearon. Fueron la prepotencia y el desprecio por la vida de un puñado de empresarios del entretenimiento lo que los alejó para siempre. El dolor que nos produjo este hecho fue enorme. Y es un dolor que nos acompañará el resto de nuestras vidas. Después de que se fueron, la esperanza de que algo cambiara, de que se sentara un precedente donde se reconociera que la vida tiene un valor y que no todo da igual, nos sostuvo. Así comenzó una larga lucha en la que hasta ahora persistimos.Pero, para nuestro mayor desconcierto, el sistema judicial de nuestro país nos ha negado el derecho de exponer nuestras razones para que se investigue a todas las diferentes personas que los hechos sugieren como responsables. Aunque las evidencias nos abruman, no fue nuestra idea adelantar juicios, solo pedíamos que se investigue, que la justicia se aplique de manera equitativa a todos los implicados.Nuestro expediente está paralizado hace más de 1.600 días. Hasta el momento, importantes responsables de las decisiones que llevaron a nuestros hijos a la muerte no pueden ni siquiera ser comprendidos en las investigaciones, amparados en mecanismos procesales que se sostienen en los puntos y las comas de los reglamentos, y no en el sentido de justicia y equidad. Se amparan en el absurdo, en el sinsentido del mundo al revés. Me preocupa este hecho no solo por la manera en que nos ha afectado a nosotros, sino porque un país cuyo sistema legal trata así a sus ciudadanos corre el riesgo de derrumbar la moral de su pueblo. Se convierte en una maquinaria enloquecida y enloquecedora. Las...

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