En defensa de la Corte de San Jose: una entrevista a Raul Ferrero por por Abelardo Sanchez Leon.

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CargoPODER Y SOCIEDAD - Entrevista

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¿Qué es la Corte Interamericana de Derechos Humanos de San José y cuál es la pertinencia de estar o no estar en ella?

Después de la Segunda Guerra Mundial hubo un movimiento universal por la protección de los derechos humanos. En 1948, Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero eran conscientes de que la declaración sola no tenía ningún valor y que había que buscar pactos que obliguen legalmente a los países que los suscriban a tener que respetar los derechos fundamentales de la persona. En esa época se hablaba principalmente de derechos civiles y políticos. Naciones Unidas promueve un pacto de derechos civiles y políticos y, a su vez, los países integrantes de la OEA promueven la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que se aprobó en 1969, más conocida como el Pacto de San José. Esta Convención Americana, que ata a los países que la suscriben, tiene mecanismos jurisdiccionales que sirven para obligar a los Estados a cumplir con aquello a lo que se han comprometido. Esos mecanismos son dos: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión es una especie de primera instancia, es como una fiscalía que investiga, eventualmente acusa, evalúa. Remite sus conclusiones, a manera de recomendaciones, a la Corte, que es el órgano verdaderamente jurisdiccional que imparte justicia.

¿El concepto de derechos humanos se ha politizado o es político en sí? En los gobiernos de Fujimori y García al parecer hay una comprensión subjetiva de la Corte y politizan el concepto de derechos humanos. Por ejemplo, cuando no le es favorable al actual Gobierno o en el caso de Fujimori que se retira.

Eso es cierto. Cuando hablamos de derechos humanos, siempre hay un grado de politización en la forma en que se puedan considerar o aplicar. Es inevitable. Sin embargo, el concepto de la defensa de los derechos humanos se ha desarrollado mucho en los últimos años y cada vez hay más conciencia internacional de que la violación de derechos humanos es un asunto, cuando hay delitos de lesa humanidad, que debe ser supervisado y judicializado por el concierto internacional, y los que hayan cometido delitos de ese tipo ser perseguidos en cualquier parte del mundo. Eso es nuevo. Solo en los últimos años la persona humana se ha convertido en sujeto de derecho internacional; nunca lo había sido antes. Los sujetos de derecho internacional eran solo los países. Hoy existe un juez como Garzón que es capaz de iniciar en España un proceso y pedir la detención de alguien que cometió el delito en la Argentina, no necesariamente españoles. Eso fue lo que sucedió con Pinochet en Londres. Decir que se ha politizado, es exagerado. Que tiene una relación con la política, sí, porque los miembros que suscribieron la Convención son los Estados y estos son manejados por los gobiernos. Pero que se diga que se ha politizado el pedido de extradición de Fujimori por presunta violación de derechos humanos, no es cierto. O en los casos de la matanza de los penales o Canto Grande, son denuncias a las que está afecta cualquier persona que haya tenido mando pero no necesariamente el Presidente de la República, que no tiene por qué haber estado involucrado, salvo que se demuestre lo contrario. Es verdad que la protección de los derechos humanos tiene una cierta vinculación con lo político, pero sería muy malo que se utilizara la defensa y protección de los derechos humanos como arma política, porque la defensa de estos quedaría desvirtuada y deslegitimada.

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Teóricamente, el que viola es el Estado. ¿O los terroristas también pueden violar derechos humanos?

También hay resoluciones en ese sentido.

El Estado es el que debe garantizar los derechos humanos. Si no los garantiza, los viola. Pero el terrorista no garantiza nada. No se le puede pedir que no viole los derechos humanos.

Pero en la concepción moderna de los derechos humanos, tan violador es el Estado como una persona particular. Y caben denuncias en ese sentido.

¿Por qué Estados Unidos no está en la Corte?

Estados Unidos nunca quiso firmar la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Eso es contradictorio con su concepto de democracia y libertad.

Es absolutamente contradictorio. Lo mismo ocurre con el Protocolo de Kioto para la protección del medio ambiente, que tampoco han...

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