Entrampamiento presidencial

Por Analista políticoLea mañana en Política a Diana Seminario El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. Pedro Pablo Kuczynski ha pasado, en poco más de un año, de gobernar con un Gabinete negado a los cambios y con un partido negado a la organización, a gobernar, en la práctica, con un antigabinete y con un antipartido, lo que pone al país en el riesgo permanente del desgobierno.Antigabinete y antipartido. Las dos caras de una misma medalla: la antipolítica.Esto explica la desconexión gubernamental casi total de los últimos días. Un presidente que sale a dar un mensaje a la nación diciendo que no puede negociar con los maestros en huelga porque la organización de estos está infiltrada de violentistas. Una ministra de Educación que desoye la advertencia del presidente y del ministro del Interior, Carlos Basombrío, y se atreve a buscar el diálogo con los dirigentes de la huelga al margen de que estos resultasen finalmente comprometidos con el terrorismo. Y una bancada parlamentaria oficialista, la de Peruanos por el Kambio, que no ata ni desata en su afán de darle rumbo al Gobierno porque ella misma no lo tiene para sí ni para el partido que supuestamente representa.Aparentemente huérfano de asesores y consejeros y sobradamente rodeado de voceros que tampoco saben a dónde va el Gobierno, el presidente rechaza oír opiniones que no sean las que a él le gusten y sugerencias como la de hacer cambios en su Consejo de Ministros, porque considera a este insustituible. Kuczynski prefiere ser el pararrayos de su Gabinete que convertir a su Gabinete, como debiera ser, y no gratuitamente por cierto, en el pararrayos del presidente. Los electos e...

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