Los enigmas detrás de un vals

Por Juan Diego Rodríguez

Beethoven se arrastra por el suelo. Grita. Quiere que las notas suenen más rápido, acentuadas hacia el final. El piano suena a su comando. Cambia de idea: la melodía tiene que presentarse de forma más pausada. Las dinámicas fluyen, rebalsan de su mente.Beethoven sigue gritando, con un dolor propio de quienes dan a luz melodías inconcebibles. Pero su clamor no es de alguien que disfrute la fecundidad: es el de un hombre que todavía no ha exprimido todo lo que puede de un escueto vals y que está a punto de aislarse del mundo. Las ideas no lo han abandonado, su oído sí. A la incomprensión de una sociedad que lo tilda de loco, se suma el miedo a no lograr su cometido. Hasta ese momento, las variaciones escritas para un solo motivo musical llegan a 32 y él quiere superar la cifra. Para ello ha tomado el vals de Anton Diabelli, y no sabe cuándo terminará la empresa. Pero hay seguridad en su mente ya desequilibrada: quién más sino él para protagonizar una historia que hasta la fecha genera interrogantes.Así se le ve en ?33 variaciones?, obra que ya se monta en el C.C. PUCP bajo la batuta de Lucho Tuesta y Marco Mühletaler. A punto de perder la cordura, Beethoven (Roberto Moll) hace todo lo posible para continuar. No importa que se quede sin su amigo y aliado Anton Schindler (Gustavo Mayer) o que esté al borde del desahucio. La obra lo trascenderá.?El primer genio?Él fue el primer ?rockstar?. Hijo predilecto del romanticismo, el mundo no había conocido a nadie como él. Hasta su llegada, los músicos trabajan para una corte y sus obras servían para amenizar chácharas y comilonas. Ellos, al terminar su acto, cenaban lejos, junto a la servidumbre. Semejantes insultos a su arte no fueron tolerados por él porque, como reza la frase que se le atribuye, habrá miles de príncipes, pero Beethoven solo uno.?Con el romanticismo alemán, que se inicia con la publicación de ?Werther? de Goethe, nace el héroe que sufre, aquel que dice que la sociedad no lo entiende porque es un ser superior?, cuenta el especialista en música clásica, Ramón Gener. Continúa: ?Eso que empieza con la literatura, llega más tarde a la música con Beethoven. Él es el primero que dice ?yo soy un genio y ustedes son los aristócratas, páguenme porque yo soy el creador?. Es el primero que consigue el primer contrato vitalicio con la...

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