¿Por qué los empleados se vuelven malos?

Por Michael Skapinker. Columnista De Negocios Y Sociedad

Se ha discutido bastante sobre el escándalo del Hospital Stafford en la región británica del West Midlands, donde se maltrataba a los pacientes y donde las tasas de mortalidad eran altas.

Los comentarios se han enfocado en el recorte de costos y el afán gerencial de marcar casillas en una lista de quehaceres, pero pocos parecen poder contestar la pregunta más preocupante: ¿Qué es lo que hizo que algunas enfermeras en el hospital, personas que seguramente entraron a la profesión para hacer el bien, se volvieran tan malas?

El extenso informe presentado por el abogado Robert Francis QC no llegó a corroborar algunas de las historias más escabrosas. Aunque los medios de prensa han afirmado en repetidas ocasiones que los pacientes se vieron obligados a beber agua de los floreros, Francis escuchó a 966 pacientes y a sus familiares y no encontró evidencia directa de que eso hubiera sucedido. Lo que encontró fue mucho peor.

Una muestra es este incidente característico: una mujer, cuya suegra de 96 años había sido internada en el hospital, llegó para encontrarla en una habitación con la puerta abierta de par en par y completamente desnuda. Su suegra estaba cubierta de heces. ?La tenía en su cabello, sus ojos, sus uñas y sus manos?. Lo embarrado se había secado; ella había estado así durante horas. ?Tantas personas deben haber pasado por allí y la deben haber visto. ¿Por qué nadie entró a ayudarla??, preguntó la señora.

A menudo hubo una falta de calor humano y de cortesía. Una paciente de 72 años estaba feliz al descubrir que de nuevo podía mover los dedos de sus pies. Le contó a la empleada de limpieza, quien estaba encantada. Le contó a la enfermera que había llegado a darle sus medicamentos. Esta última se alejó sin hacer comentario alguno.

Los familiares le contaron a Francis de los timbres de llamado ignorados, del hecho que ellos mismos tenían que lavar a los pacientes y al dar su queja a las enfermeras, estas contestaban: ?No lloriquee? no he tenido ningún descanso hoy?. En algunos casos, dijo Francis, el comportamiento de las enfermeras podía calificarse correctamente de ?abuso?.

Los visitantes no solo tenían que cuidar a sus propios parientes, sino que tenían que intervenir por otros pacientes. Cuando un visitante vio a un anciano llorando por su esposa, fue en busca de una enfermera, quien desestimó su preocupación contestando que el paciente ?había perdido la cabeza?.

El visitante...

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