Emigrantes, inmigrantes, refugiados y asilados

Por LuisMillones

El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.Según la Superintendencia Nacional de Migraciones, cada día ingresan 3.000 venezolanos al Perú. Y la cifra total de aquellos que ya están en nuestro país es de aproximadamente 330.000. Los vemos por toda Lima, intentando ganarse la vida de la forma que uno conoce cuando el hambre aprieta: desde vendedores de café o golosinas hasta ocupados en labores de servicio. Aunque, también, se sabe que hay algunos técnicos y profesionales que han conseguido retomar su quehacer habitual en los pocos espacios laborales que todavía existen.Lo que vemos en las calles no se condice con la reiterada publicidad del Gobierno de Venezuela que aparece en las pantallas de los televisores, y que no desaparecerá, sino que incluso podría llegar a crecer si su líder logra hacer efectivo un nuevo período de gobierno que terminaría recién en el 2025.A lo largo de nuestra historia, los peruanos hemos conocido muchas migraciones. Al comienzo de la República tuvimos un presidente, el general Felipe Santiago Salaverry, que proclamó que los migrantes que llegaban al Perú podían naturalizarse solamente con pisar el territorio nacional e inscribirse en el Registro Cívico. Salaverry duró apenas un año en el poder (de 1835 a 1836), pero su decreto superó largamente a otras iniciativas, que no ocultaron el interés por el afincamiento de ciudadanos europeos en el Perú (algo que podría sospecharse como un intento por ?mejorar la raza?, un sentimiento, dicho sea de paso, nada extraño en los criollos que consiguieron la independencia).En términos generales, podríamos decir que la solidaridad de los peruanos hacia los migrantes venezolanos es notoria. Sin embargo, no faltan tampoco algunos detractores. Incluso se escucha un candidato que utiliza el rechazo a los migrantes como parte de su campaña política. Esta situación no es inédita, pues ya en otros países el patriotismo racista ha conseguido darles votos a algunos partidos políticos retrógrados.Durante el siglo XIX, dada la vigencia del sistema de haciendas y la imposibilidad de esclavizar a la población indígena (que, por lo demás, hizo valer siempre su libertad a través de insurrecciones), se gestó en el Perú un mercado encubierto de compra de población servil. Fue así como tuvimos oleadas migratorias...

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