Elección calata

Por Editora general de?Semana Económica?Mientras que a nosotros nos tomó un libro entero (?El Perú está calato?, Planeta 2015) hacer notar cómo nuestras deficiencias institucionales atentan contra el progreso, en esta elección el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ha hecho un mejor trabajo con solo unas cuantas páginas. La pobreza institucional es el elefante sentado en el medio del proceso electoral. Todos se quejaron de las resoluciones del JNE, de la ausencia de propuestas en la campaña y de la volatilidad en la intención de voto, pero pocos ataron estos síntomas a sus causas centrales. Las malas leyes y los desaciertos de la justicia electoral son la punta del iceberg de nuestros problemas institucionales. Han pasado 15 años de democracia y las elecciones solo se han hecho más impredecibles y menos soportables para el votante. Quienes creen que el crecimiento económico nos ha vacunado contra la inestabilidad política tienen que pensar qué significa que una campaña que aparentaba ser predecible haga varios giros dramáticos en cuestión de semanas dejando a medio mundo aturdido, y qué está en juego en cada uno de esos saltos mortales. ¿Alguien recuerda cuándo fue la última vez que la mayoría de personas acudió a las urnas con ilusión y esperanza? El voto con los dedos cruzados se está convirtiendo en un hábito. La desafección que eso genera hacia la democracia no debe ser subestimada. Si Estados Unidos, la economía capitalista más vigorosa del planeta no puede inocularse contra el populismo de Donald Trump y Bernie Sanders, qué negligentemente cándido es pensar que el Perú sí. El meollo de este enredo está en la precariedad de nuestro sistema político. Los electores en cualquier parte del mundo necesitan marcas partidarias para informar su voto. Lo contrario, para usar una analogía de moda, es como salir a comprar un refrigerador sin que exista ninguna opción con marca conocida o información confiable. La mayoría de personas estaría abrumada. Tan iluso como pensar que el consumidor se vuelva un experto en refrigeración es esperar que el votante se devore los planes de gobierno e investigue el CV de los candidatos. La ausencia de partidos sólidos no solo tiene como consecuencia la inexistencia de marcas políticas sino la multiplicidad de candidatos. Frente a un anaquel lleno de productos con etiquetas dudosas y la obligación de escoger uno, al votante no le queda más que una aproximación superficial a los candidatos, juzgándolos por las...

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