efecto transición

Por El invitado de hoy es socio del Estudio Rodrigo. Lea su próxima columna dentro de cuatro semanas.Esto de que el presidente tenga que cambiar a mitad de año no deja de ser un problema para el diseño de políticas públicas, dicho esto sin sorna del pronto cambio de este gobierno.Me refiero, por ejemplo, a los efectos en los cambios institucionales y en los nuevos responsables de ejecutar (o más bien terminar) un presupuesto en cuya cocción no participaron. Si, como es evidente para todos, la administración pública peruana debe estar entre las más ineficientes en el mundo ?como se infiere de los índices de competitividad?, este cambio a descompás del 28 de julio añade en el año electoral una capa más de óxido al engranaje.Ni qué decir del efecto pernicioso en los diseños de la política tributaria (que se anuncian pronto pero se ejecutan tarde), si vemos la diferencia entre la campaña electoral y la oportunidad en que esos cambios pueden entrar en vigencia. Y si se trata del Impuesto a la Renta, peor todavía.Imagine que la y#176; eligen presidenta o presidente y considera, como muchos, entre ellos yo, que fue un error de cálculo haber reducido la tasa del Impuesto a la Renta precisamente en el 2015...

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