La economía del comportamiento llega a la firma

Por Carlos Ganoza

Lea mañana en Economía aGermán LoraEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.¿Cómo lograr que las personas que tienen que tomar decisiones en una empresa maximicen el valor para el accionista? Este es quizá el problema más complejo que enfrenta un gerente a la hora de conducir una corporación. Durante décadas la receta de la economía convencional ha sido el alineamiento de incentivos. Para los accionistas, la compensación del gerente tiene que estar alineada con sus intereses. Para el gerente, la compensación entre áreas en la empresa tiene que estimular la cooperación y debilitar el comportamiento de silo. Para el líder de cada área, por ejemplo Ventas, la compensación de su equipo tiene que incentivar el mayor esfuerzo. Esto ha dado lugar a un sinfín de herramientas y prácticas de ingeniería de desempeño, que consisten en la definición de indicadores, sistemas de monitoreo y premios por cumplimiento para incentivar el comportamiento deseado.Sin embargo, los resultados están muy por debajo de lo esperado. Desde la decisión de Blockbuster de no comprar Netflix hasta la decisión de Kodak de no explotar su tecnología de fotografía digital, abundan los casos de empresas que se metieron en desastres autogenerados por secuencias de malas decisiones.Aquí entra la economía del comportamiento, una rama de la economía desarrollada por Daniel Kahneman, Amos Tversky y Richard Thaler, que complementa a la economía convencional al identificar las deficiencias que tenemos las personas para procesar información y tomar decisiones.La explicación de Kahneman y...

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