Domesticando gigantes

Hace cinco años, la legislación antimonopolio estaba estancada. En Estados Unidos, la actitud complaciente de los reguladores falló en detectar el ascenso de las grandes tecnológicas. En la Unión Europea (UE) sí lo notaron, aunque no se hizo mucho al respecto. Pero los policías de la competencia, por fin, se han puesto las pilas.

El 15 de diciembre, la UE presentó dos borradores de leyes sobre servicios digitales que crearían un mecanismo integral de supervisión a fin de controlar Silicon Valley. En Estados Unidos, el Gobierno federal acaba de abrir procedimientos antimonopolio contra Google y Facebook.

Estas medidas marcan el mayor viraje en la política de competencia durante esta generación, de modo que habría que esperar que los inversionistas estén preocupados de que las grandes tecnológicas se encuentren bajo seria amenaza. Sin embargo, su reacción ha sido de una indiferencia olímpica.

El valor de mercados de las cinco compañías más grandes de Silicon Valley se ha incrementado 46% este año, hasta alcanzar los US$ 7.2 millones. El déficit de credibilidad en la legislación antimonopolio refleja una falta de unidad trasatlántica y los defectos de dos estrategias muy distintas entre sí.

En Estados Unidos, los chances de que se aprueben nuevas leyes son bajas debido a los enfrentamientos y bloqueos en el Congreso, y también porque algunos políticos piensan que contar con firmas tecnológicas es una ventaja estratégica en la contienda con China.

En lugar de ello, los reguladores tienen que demostrar en los juzgamientos que las tecnológicas. El procedimiento contra Google tiene más probabilidades de prosperar. Está enfocado en una maraña de pagos anuales por US$ 10,000 millo0nes, o más, que esta compañía hacía a Apple y a empresas manufactureras para asegurarse que sus servicios tuviesen prominencia en las pantallas de los dispositivos que producían.

En tanto, el procedimiento contra Facebook argumenta que esta compró ilegalmente WhatsApp e Instagram con el fin de eliminar la competencia; esto será un poco más difícil de demostrar porque ambas eran pequeñas firmas cuando fueron adquiridas. No hay que esperar decisiones prontas: el caso antimonopolio contra Microsoft comenzó en 1998 y tomó seis años para su resolución. Recientemente, los juzgados han sido escépticos frente a juicios antimonopolio, entre ellos los abiertos contra American Empress y AT&T Warner.

Si la estrategia estadounidense es limitada y retrospectiva, la de la EU es amplia y...

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