Se dispara a la presidencia

Por gisella lópez lenci

En un país seriamente golpeado por la corrupción, millonarios desfalcos de dinero público, la delincuencia y asesinatos violentos, por el desempleo y la poca credibilidad hacia los políticos, no era extraño prever el éxito de una candidatura como la de Jair Bolsonaro. El descontento y el hartazgo se juntaron y crearon un electorado explosivo y radical que quiso canalizar su frustración, sin importar si el depositario del mismo era un político sin pelos en la lengua, que disparaba por igual contra los funcionarios corruptos, los homosexuales, los negros o las mujeres.Pero un factor importante hizo que este ex capitán del ejército, fan de la dictadura militar y diputado desde hace tres décadas, despuntara en las encuestas: la ausencia del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) fue inhabilitado por el poder electoral a fines de agosto al haber sido condenado a 12 años de prisión.Con el referente máximo de la izquierda tras las rejas, el PT optó por Fernando Haddad, un académico que fue ministro de Educación y alcalde de Sao Paulo, como su reemplazo. Haddad, de perfil bajo y estilo calmado, debió correr contra el tiempo y tratar de conquistar al electorado fiel de Lula (que llegaba a un 40%). En pocas semanas, pasó de tener apenas un dígito hasta alcanzar el 22% de intención de voto, según la última encuesta de Datafolha de esta semana. Lo suficiente como para pelear una eventual segunda vuelta con Bolsonaro el próximo 28 de octubre, que según el mismo sondeo tiene un 35% de apoyo.Estas opciones han polarizado a la población y casi han dejado sin margen de acción al resto de candidatos de centroderecha y centroizquierda.?Esta elección es básicamente un plebiscito sobre el PT?, comenta a El Comercio el politólogo Oliver Stuenkel, de la Fundación Getúlio Vargas, uno de los ?think tanks? más importantes de Brasil.?Lo que tenemos es una disputa entre dos candidatos con mucho rechazo. El candidato que llegue con menos rechazo es el que debe ganar?, señala el analista político brasileño Thiago de Aragao, de la consultora Arkoadvice.La última encuesta de Ibope mostró que Bolsonaro sigue siendo el candidato con más antivoto (44%), pero su rechazo se ha mantenido inalterable. Sin embargo, el de Haddad remontó rápidamente hasta el 38%. ?El rechazo hacia Haddad es un rechazo de lo que significa el PT. Para muchos, el PT es el arquitecto de la corrupción más grande en la historia...

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