Dime dónde vives y te diré quién eres.

CargoInstalaciones del partido aprista peruano

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Durante años, el Partido Aprista Peruano se jactó de tener una Casa del Pueblo, una casona ubicada en la flamante avenida Alfonso Ugarte. El tiempo, implacable como siempre, no ha perdonado ni a la casa ni a la avenida. Quizá el antiguo cine City Hall, especializado en pasar películas hindúes, sobreviva con más dignidad. En la Casa del Pueblo debe penar el alma de Víctor Raúl Haya de la Torre. ¿Quiénes van? ¿Quiénes la frecuentan? Los líderes aparecen poco. No les interesa. La verdadera política no pasa por esas vetustas aulas de oratoria y vaga ideología aprista o por el comedor popular, que, por cierto, deja mucho que desear. La Casa del Pueblo es un lugar que brinda servicios baratos. La política vive ahora en las redes sociales, en los llamados PPKcausas, en el twitter de Humala. La Casa del Pueblo no tiene un solo televisor a la vista o una conexión a internet. Esa casa se ha quedado como Alan, que ya gordo, ya descuajeringándose, ya hipando, ya hasta las cachas, no se movía de Palacio de Gobierno porque le podía dar un ataque o traerse abajo el helicóptero. Alan nos sigue meciendo con el cuento del Tren Eléctrico. Y no creemos que vaya a pedir el menú de la Casa del Pueblo. Esa casa o es la casa de los espíritus o es la casa tomada de la literatura latinoamericana. En fin, no creemos que sea La Casa de Cartón, aquella que frecuentaba Luis Alberto Sánchez, el más cuco de todos los apristas pero el más leído también, después de Víctor Raúl, claro.

La Casa de Cartón parece ser la de los nacionalistas, algunas al menos, no aquella ubicada en la avenida Arequipa, al frente de la embajada de Francia. Se...

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