Quién dijo que no podemos volar

Por Enrique PlanasSolemos decirle a un actor "rómpete una pierna" para darle confianza y ánimo antes de salir a escena. Y aunque en la compañía francesa XY no hay registros de fémures rotos, sí los hay, por cientos, de torceduras, golpes, desplazamientos de vértebras y espaldas bloqueadas. Las lesiones físicas son los gajes del oficio para los miembros de un grupo circense cuyas acrobacias son ejecutadas sin más equipo que sus propios cuerpos, sin redes ni columpios. Sin embargo, para David Vadía, catalán adoptado por esta compañía, el riesgo vale la pena. Cómo vence el miedo el acróbata es lo primero que le preguntamos. "El miedo se trabaja. Como en muchos deportes de riesgo, se va poco a poco. Primero lo fácil, un nivel de peligrosidad bajo, y poco a poco aumentas el nivel. En el proceso, uno mismo va tomando más confianza", afirma.Vadía es uno de los 22 acróbatas que traen a Lima "Todavía no es medianoche", propuesta de teatro físico en la que se reflexiona sobre la relación entre el individuo y el colectivo, con la que se inaugura la segunda edición del festival Temporada Alta en el Gran Teatro Nacional. Acrobacia, trapecio, además de danza, teatro, expresión corporal y música, el circo contemporáneo es un arte voraz que puede abarcarlo todo. Como explica Vadía, dentro de esta diversidad, el lenguaje común de XY es la acrobacia en grupo. "A partir de allí, cada uno mezcla su arte", comenta. ?Ver volar?El mundo de los acróbatas se divide en dos: los volantes y los portores. Los primeros son los más ágiles, los que vuelan; suelen ser los más bajos de estatura. Los segundos son los que sujetan y los que lanzan. Ambos oficios son absolutamente complementarios, y entre ambos generan el equilibrio que garantiza el éxito de todo espectáculo circense. En "Todavía no es medianoche", la compañía muestra su especialidad: el porté acrobático, una técnica peligrosa que exige un porteador fuerte (aproximadamente de 100 kilos de peso) para lanzar al aire, cargando con todo el peso en sus brazos o sosteniendo sobre sus hombros a un acróbata ligero (de 50 kilos). David Vadía es un portor de talla mediana, se ubica en el segundo o tercer nivel a la hora de componer una torre humana. Para un catalán como él, que desde niño participó en los tradicionales y#8216;castellésy#8217;, una construcción en base a la solidaridad humana tiene mucho que ver con el concepto del espectáculo que vienen a presentar en Lima, gracias a la invitación de la embajada...

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