?La difamación y la mentira no pueden ser admitidas?

Por Natalia MajlufLa imagen lo dice todo: en su audiencia ante el papa Francisco, en mayo pasado, monseñor Salvador Piñeiro le ofrece al Sumo Pontífice uno de los más notables ejemplos de arte ayacuchano: una tabla de Sarhua que recreaba la jornada campesina. A casi un año de esta entrega, la misma tradición artística pasó de los salones del Vaticano al infierno de la intolerancia local. En efecto, el 23 de enero, la portada del diario ?Correo? daba cuenta de la incautación de 31 cuadros, dos textiles y un retablo del maestro Nicanor Jiménez por parte de la policía y el Ministerio Público por considerarlos apología del terrorismo. De inmediato, el Museo de Arte de Lima (MALI), institución que recibía el lote como donación de la asociación estadounidense Con/Vida Popular Arts for the Americas, aclaró que las piezas ya se encontraban en sus instalaciones desde el 15 de diciembre. A la nota periodística, siguió una serie de mentiras e imágenes trucadas difundidas en redes que buscaban enlodar a Natalia Majluf, directora del MALI, y a los creadores de Sarhua. Estamos ante dos realidades contrapuestas: una reconoce la creación popular, mientras que la otra le niega su existencia. ?En realidad, esa tensión ha estado presente a lo largo del siglo XX, desde que las tradiciones regionales de arte empezaron a aparecer en Lima y a incorporarse a los debates sobre lo artístico?, nos dice Majluf, horas después de volver a Lima. Ella cita los esfuerzos pioneros de José Sabogal, Francisco Stastny, Pablo Macera, de las hermanas Bustamante y tantos otros estudiosos del arte popular, cuyo conocimiento, empero, no forma aún parte de nuestro proceso educativo. ?Por otro lado, en el Perú hay tradiciones más visibles que otras?, explica. ? ¿Por qué crees que la tradición de Sarhua mantiene ese perfil bajo?Es paradójico, porque Sarhua ha sido uno de los emblemas del arte tradicional peruano desde la década del 70. La foto del obsequio de una tabla de Sarhua al papa Francisco muestra que se trata de piezas que circulan en esferas oficiales con mucha frecuencia. Pero se conoce poco la historia detrás de esas imágenes, así como de la seriedad y dedicación de los artistas que las producen. ? ¿Estamos frente a un caso paradigmático sobre la intransigencia local, que no solo niega la calidad artística de un objeto, sino también la posibilidad de que una comunidad se exprese artísticamente?Creo que el tema tiene muchos matices. Uno de ellos tiene que ver con cómo...

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