Diálogo, consenso y compromiso

Por Juan Jiménez Mayor. Presidente del Consejo de MinistrosUno de los problemas más serios que afronta el país para encarar de verdad el futuro es que no se sabe dialogar. Se confunde el diálogo ?es decir, la conversación, el intercambio de ideas, de manera franca, abierta y sincera? por la crítica, el ataque, la diatriba, el endurecimiento de posiciones. En democracia, el diálogo es una herramienta fundamental para acercar posiciones en torno a un objetivo común. En el presente caso, el objetivo es el Perú.En la historia reciente, los peruanos hemos pasado por diferentes etapas políticas dependiendo del tipo de gobierno, entre dictaduras y caudillismo, entre gobernantes locuaces o reservados. Con prensa libre o prensa controlada. Así las cosas, la única alternativa para hacerse escuchar ?sea empresario, trabajador o estudiante? era el conflicto. Por añadidura, la crisis de partidos ha llevado a la confusión de que para tener presencia, aunque sea mediática o efímera, se busca el enfrentamiento o el escándalo. Hemos llegado al punto de considerar como una situación normal que el partido que pierde una elección se convierta en un enemigo permanente y, rara vez, plantea propuestas constructivas.En este escenario complejo, para algunos resulta un imposible que el diálogo nacional que ha emprendido el gobierno del presidente Ollanta Humala tenga resultados beneficiosos. Pero se trata de discutir sobre temas de fondo, para que el país en el que vivimos sea justo, igualitario y progresista. Combatir la pobreza extrema, la desnutrición crónica infantil, la desigualdad y las trabas burocráticas que afectan el desarrollo económico, así como acabar con la corrupción, el narcotráfico y las bandas criminales, son asuntos comunes, más allá de intereses partidarios o ideológicos.El gobierno tiene un plan rector para todos estos temas. Pero para fortalecerlos, enriquecerlos, hacerlos viables, se requiere un soporte mucho más amplio. Y en aquellos temas en los que no se había puesto el énfasis necesario o no estaban en la agenda de prioridades, bien vale dedicar horas a escuchar sugerencias desde otras canteras. Este es el caso de la reforma política, que resulta del consenso de la primera etapa de diálogo, en el que las fuerzas políticas coincidieron en un conjunto de propuestas. Compartimos esta preocupación y la hacemos nuestra.El planteamiento del diálogo, según nuestros recientes críticos, es una estrategia improvisada. Es probable que el día a día...

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