Las deudas pendientes a diez años del ?baguazo?

Por Francesca García delgado

La última vez que Flor Vásquez León habló con su esposo fue a las 5:00 a.m. del 5 de junio del 2009. El comandante PNP Miguel Montenegro Castillo la sorprendió por su cumpleaños y la llamó desde un teléfono satelital. Montenegro había llegado 11 días antes a la estación 6 de Petro-Perú, ubicada en Imacita (Amazonas), para ponerse al mando de 38 policías de la Dirección de Operaciones Especiales (Dinoes). Los agentes resguardaban la base petrolera que ya tenía semanas rodeada por indígenas.Eran días del segundo gobierno de Alan García. En junio del 2008, el Ejecutivo ?gracias a las facultades cedidas por el Congreso? aprobó un paquete de decretos legislativos dentro del TLC con Estados Unidos. Las normas generaron el rechazo de las comunidades amazónicas al considerarlas lesivas a los derechos sobre sus territorios. Aquel 5 de junio, el paro amazónico llevaba 53 días.?En los días previos él estuvo muy optimista. Me dijo que tuviera confianza porque el Congreso se reuniría, solucionaría el problema y estaría al día siguiente en casa, pero eso no ocurrió?, relata Flor, quien saca de un fólder manila algunas fotos que atestiguan sus años juntos.?La Curva del Diablo?Alrededor de las 5:00 a.m. de ese 5 de junio, el periodista Martín Arredondo recibió una llamada. La voz era de su contacto en la Curva del Diablo, sector de la carretera Fernando Belaunde Terry en Utcubamba (Amazonas), donde los awajún y wampis mantenían su bastión de protesta. El hombre del otro lado le decía a gritos que los policías estaban lanzando bombas lacrimógenas para despejar la vía. Arredondo recuerda que escuchó mucho ruido y el sonido de las hélices de un helicóptero.?Llegamos al lugar de inmediato y lo primero que encontramos es el cadáver de un joven nativo. Todo era humo y estaba fuera de control. Recuerdo muy claro la desesperación de los policías y los nativos. Las balas pasaban rozando la pista y tuvimos que lanzarnos a una cuneta?, relata el reportero. Él y el camarógrafo Orlando Cánepa fueron los únicos periodistas de un medio nacional que registraron el instante mismo del desalojo.Arredondo cuenta que en ese momento hubo gente a la que no reconoció. Ese detalle lo desconcertó porque había convivido con los manifestantes durante los días anteriores. Estas personas, narra, lo rodearon cuando intentó impedir que quemaran un vehículo de bomberos. En ese momento lo amenazaron de muerte si es que no se contactaba en vivo con RPP.?Llamé al...

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