Desvistiendo al santo

Las gruesas acusaciones de corrupción que la contraloría ha hecho contra Gregorio Santos, luego de más de un año de investigaciones, únicamente vuelven a poner sobre el tapete dos rasgos del presidente regional de Cajamarca que su actuación en el caso de Conga ya habían hecho evidentes: su deshonestidad y su total indiferencia por el destino de los cajamarquinos.En efecto, cuando Gregorio Santos manipuló a miles de los ciudadanos de su región para impedir por la fuerza el inicio del proyecto Conga bajo el supuesto de que el transvase de dos lagunas dejaría sin agua a la cuenca en que estas se encontraban, no lo hizo por ignorancia y de buena fe, como si de verdad creyese que una operación así solo lo podría hacer quien estuviese ?al nivel de Dios? (según dijo entonces). Si ese hubiera sido el caso, él habría tenido que estar de acuerdo en participar del peritaje técnico internacional que propuso el Gobierno para determinar el caso. Después de todo, se le estaba ofreciendo participar en el nombramiento de los peritos y del establecimiento de los términos de su misión. En lugar de eso, sin embargo, Santos usó la primera excusa que pudo para levantarse de la mesa en la que se firmaría el compromiso del peritaje y en la que se había tenido que sentar ?aunque fuese solo por unos minutos? para disimular su hipocresía frente a la opinión pública. Y luego, cuando los peritos dijeron que el estudio de impacto ambiental del proyecto reunía ?todas las condiciones técnicas exigibles para su aprobación? y confirmaron que después del transvase habría en la cuenca más y no menos agua (habría, de hecho, 14 millones de metros cúbicos de agua limpia frente a los 1,3 millones de agua mineralizada que tienen las lagunas en cuestión), el presidente regional cambió de argumento, y dijo que de lo que en realidad se trataba era de una ?lucha política? por un ?cambio de la Constitución y del modelo económico?. Aunque después de un tiempo, cuando vio que su popularidad comenzaba a declinar, volvió al agua, que sin duda le había resultado más concreta y rendidora. En base a esta mentira que por un buen momento pareció acercarlo a su evidente meta de volverse ?presidenciable? para el 2016, Santos hizo pagar un altísimo precio al pueblo cajamarquino. La inversión de US$4.800 millones de Conga no fue y los 6.000 trabajadores y los 52 proveedores que el proyecto ya tenía contratados tampoco. Todo lo cual, sumado a la violencia que Santos apoyó varias veces ?y que incluyó...

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