Después de mí, el diluvio

Por Virginia Rosas Ribeyro. Analista internacionalBashar al Asad lo tuvo muy claro desde un principio: su estrategia consistiría en incentivar el conflicto armado para justificar la represión contra los ?terroristas?, pero además, aprovechar que bajo el manto de la oposición se refugian grupos variopintos y rivales entre sí ?que van desde los sirios en el exilio, demócratas de toda índole, los Hermanos Musulmanes, los yihadistas, tanto nacionales como extranjeros y hasta mafias en contubernio con partidos políticos y encabezadas por señores de la guerra que apuntan a un objetivo puramente económico? para mostrarles a los países occidentales que lo que podría suceder en caso triunfara la oposición podría ser mil veces peor que dejarlo a él, un tirano conocido, conduciendo los destinos de Siria.Porque esta no es solo una guerra civil, es una arena de conflicto en la que se juega la expansión de las influencias en la región y donde, hasta ahora, Rusia ?aliada del régimen sirio? ha acumulado más puntos, bloqueando primero toda resolución contra Damasco en el Consejo de Seguridad, hasta conseguir una resolución que conminara a Siria...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR