Despierta, Maicelo

Por Carlos Univazo

CALCULADAMENTE, HE ESPERADO ALGUNOS DÍAS para referirme a Jonathan Maicelo. Era prudente hacerlo, pues sus embravecidos defensores, la mayoría de ellos instalados en la farándula –ambiente en el que derrocha simpatía–, salieron cuchilla en mano desafiando a quien lo critique. La estrategia de ese ‘cogoteo verborrágico’ acalló cuestionamientos sobre alguien que tiene como mejor argumento para aplacar sus deficiencias técnicas el que "salió de abajo”. Un clasismo invertido por el cual hay que decir que él todo lo hace bien porque fue pobre y que quienes lo critican son unos ‘fracasados’.

ENTONCES, SI BOXEA SUICIDAMENTE con la guardia abajo, es "por macho”, si su cara queda como un tablero de michi después de cada pelea, es porque "derrocha entrega”. Si lo noquean, "fue un ligero resbalón”, si desfila en discotecas en vez de prepararse seriamente, "es por atraer atención de sponsors para su carrera”, si pelea con rivales de poca monta y no los noquea, "es porque se trata de un estilista”. Y si después de ser masacrado dice alegremente: "A la próxima yo lo mato”, no es fanfarrón, es ganador.

MAICELO TERMINÓ SU ÚLTIMA PELEA más...

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