El despegue de las boticas bamba

Por Rodrigo cruz

Fernando recuerda que la primera impresión que tuvo de aquella pareja de esposos que llegaron a Emergencias era que parecía que estaban borrachos. Por cada pregunta que les hacía, las respuestas eran incoherencias. Tenían la mirada perdida, estaban somnolientos y cada tanto se despertaban para vomitar. Fue el hijo quien explicó lo sucedido: su padre había dado positivo por COVID-19 y, como leyó en algún lado sobre las ventajas de tomar ivermectina, decidió automedicarse. Consiguió el producto y se lo aplicó en forma endovenosa creyendo que así le ganaría a la enfermedad. Medio frasco lo usó él y el resto se lo aplicó su pareja.Fernando, quien trabaja en una clínica en San Isidro, ha atendido a decenas de pacientes con coronavirus desde que empezó la emergencia sanitaria, pero era la primera vez que tenía a dos contagiados con un cuadro adicional de encefalopatía por ivermectina de uso animal. Era fines de mayo y el médico decidió hidratarlos hasta que pudieran recobrar el sentido. Al día siguiente, los esposos fueron dados de alta. El médico cree que lo que jugó a favor de sus pacientes fue que tenían síntomas leves del virus, lo cual es un azar con esta enfermedad que todavía no tiene cura.El Ministerio de Salud (Minsa) no tiene un registro de personas cuya condición se haya agravado o que hayan fallecido como consecuencia de automedicarse con remedios para tratar el COVID-19. De hecho, la automedicación no es un problema nuevo en el país: en el 2006, el Minsa decía que el 55% de peruanos conseguía medicinas sin recurrir a una recomendación médica previa. Sin embargo, esta situación se ha agravado con la llegada de la pandemia.Este Diario consultó a médicos de hospitales como el Sabogal y el de la Policía, y señalaron que han atendido a pacientes que se automedicaron ivermectina y azitromicina como medida de precaución sin estar seguros de la procedencia de lo que ingerían.Varios factores emergen como las principales causas para que esto ocurra: la escasez de medicinas, el alza de los precios y el miedo de contraer el virus en los hospitales, entre otros. Pero hay uno que más ha sacado provecho de esta coyuntura: el despegue del mercado negro.?Diversos patrones?Durante tres semanas, un equipo de El Comercio acompañó a los agentes de Seguridad del Estado y Policía Fiscal en diferentes operaciones contra la venta ilegal de medicinas. Solo en esos días, se intervinieron más de treinta boticas y farmacias que compartían algo...

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