El desnudo de un verano.

AutorMcCarthy, Anamar
CargoCULTURA

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Hay nudos Que no son nudos Y nudos que solamente Son nudos. Nudos de carne Y nudos de hueso. Nudos que son desnudos Y desnudos que son nudos. Nudos que no dicen nada Y nudos que todo lo dicen. JORGE EDUARDO EIELSON El cuerpo siempre estuvo y estará presente en el arte, pero la imaginación, la experimentación y la tecnología han hecho de este el vehículo más utilizado en la fotografía. Es fascinante observar el camino del desnudo desde 1850 hasta la fecha. Cuando se dice que no hay nada nuevo en el arte porque ya todo se ha hecho, podemos apreciar que las imágenes se hacen y rehacen a lo largo de los siglos para ser captadas finalmente por diversos lentes.

El desnudo fotográfico establece una distancia en la que el cuerpo se convierte, para el fotógrafo, en un símbolo o signo que lo lleva a registrar lo que cree haber descubierto en él o a través de él. El desnudo artístico se convierte en fuerza imaginaria que nubla cualquier emoción y tentación camal. El mensaje es otro, la lectura es otra. Se relatan historias personales, se comparten intimidades, se registran las debilidades humanas y la admiración de la piel se toma compleja y vulnerable.

Durante los meses del verano pasado he tenido el placer de trabajar con un grupo de fotógrafos aficionados que fueron convocados para mi taller de desnudo en el Centro de la Fotografia. Tuve a mi cargo un total de trece alumnos, incluyendo a mi hijo Marcel. Todo un reto considerando que ninguno había tenido una formación artística. A partir de esta experiencia creo oportuno desarrollar algunos conceptos y reflexiones sobre el desnudo en la fotografía. En verdad, el único acercamiento serio al desnudo es a través del arte y toda la información que la historia le puede brindar. Los libros de fotografía son una excelente referencia que pone a nuestro alcance el material gráfico de los grandes maestros. Es vital empaparse de imágenes de todas las épocas para entender mejor el desarrollo del tema y de la técnica. El cuerpo es un ser vivo y no un bodegón ni una naturaleza muerta. No solo se tiene que trabajar lo que se ve sino considerar también lo que el modelo siente, pues puede ser determinante en el clima de la imagen. El ojo se educa para elevar la exigencia del trabajo fotográfico.

La pasión por el trabajo, la exigencia artística y técnica, la disciplina y constancia en realizarlo, son los puntos que quise enfatizar con mis alumnos. Ellos dependían de mí para acercarse a este mundo...

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