La desmesura del poder.

CargoPODER Y SOCIEDAD

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Hay tres hechos, desde el inicio del nuevo Gobierno aprista hasta estos días, que empiezan a mostrar algunas malas señales que es imperioso revertir.

El primero ocurrió el 28 de julio en el Congreso, luego del gran acto fallido final del saliente presidente Alejandro Toledo llevándose la banda presidencial. Minutos después, el flamante presidente Alan García llegó al mismo lugar con su propia banda presidencial (hecha a la medida y con un nuevo diseño) y pasó por alto a la Presidenta del Congreso, a quien le correspondía tomarle el juramento como nuevo mandatario, para hacerlo él mismo. Luego él solo también se colocó la banda, igual que en 1985, y acto seguido Alan García le tomó el juramento a Alan García. No necesita a nadie más. <> Y así empezamos.

El segundo hecho ha pasado casi desapercibido. En una reunión entre el Presidente y el canciller García Belaunde, este último anunció la reducción del precio de la renovación del pasaporte de 55 a 40 dólares. En el acto, García le exigió al Canciller que el precio se redujera aún más: a 27.50 dólares. A pesar de que el Ministro explicó las razones técnicas por las que debía bajar solo a 40 dólares, García dijo que él no iba afirmar la rebaja si no era al precio que él quería. Y así fue.

El tercer ejemplo es un dèjá vu. El presidente García mandó llamar por teléfono a los ministros de Salud, Educación, Economía y al Premier para ordenarles que incluyan en el programa <> al distrito ayacuchano de Cayara --lugar donde en 1988 murieron sesenta campesinos a manos de las fuerzas del orden y caso en el que el propio García ha sido testigo de una investigación judicial-- y que atiendan inmediatamente a la delegación ayacuchana que lo visitaba en el Salón Dorado de Palacio. Las razones técnicas estaban de sobra. Las agendas de los ministros no importaban. García quería darle ese <> a Cayara y demostrar que él puede cuando quiere. El único ministro que le paró los machos fue el de Economía, pero luego vinieron los aplausos de los beneficiados. Una vez más,...

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