Desenlaces tardíos y tempranos

Por Analista político y experto en temas de seguridad

La superposición de temas políticos, judiciales y electorales ha tenido súbitos y hasta inesperados desenlaces en estas semanas.Así, a fines de febrero, en el proceso contra Ollanta Humala acabó la absurdamente larga etapa de control de la legalidad de la acusación (¡año y medio!) para entrar a un juicio oral de duración impredecible.Su efecto en el proceso electoral es relativamente marginal. Humala se presentó solo para obtener una bancada propia, algo frecuente entre los políticos que quieren pelear lo judicial con más poder a su alcance. No está descartado que la consiga, ya que anda raspando la valla y el suyo es un voto con fe de carbonero, porque todo lo que se le imputa era archiconocido y está ampliamente documentado.La presentación de la acusación formal a Keiko Fujimori, en cambio, ha sido un acontecimiento político relevante. Es impactante que sean 40 los acusados ?entre ellos, el esposo y la abogada de la candidata? y que se hayan pedido penas altísimas para los principales implicados (¡30 años!). La fiscalía asegura que con casi cuatro años investigándola han construido un caso muy sólido que incluye 14 colaboradores eficaces, cuyas versiones ya han sido corroboradas. Hasta que un juez diga en última instancia si los imputados son culpables o inocentes faltan aún varios años; algo muy conveniente para los primeros y desolador para los segundos.La nueva situación judicial de Keiko Fujimori tampoco tiene un impacto electoral muy grande. Más le afecta estar en las encuestas por detrás de López Aliaga y no muy por encima de Hernando de Soto, dado que los tres candidatos disputan un espacio político similar. No tanto en D y E, donde sus votantes son los fieles y agradecidos seguidores de su padre, pero sí en A/B y C puede ella perder votos por no ser una candidatura ?viable?. Pero esto se debería en poca medida a la acusación (después de todo no era un secreto que se venía), sino a su altísimo antivoto en segunda vuelta, que la sitúa perdiendo a mucha distancia con todos sus potenciales rivales y, por tanto, sería un voto perdido para quienes en segunda vuelta buscarán evitar que un candidato de izquierda triunfe.Otro caso con grandes repercusiones políticas es el del pedido de prisión preventiva para Martín Vizcarra por las acusaciones de corrupción cuando era gobernador en Moquegua, a las que han sumado en las últimas semanas más elementos para corroborarlas.Como sabemos...

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