Desarmemos nuestra máquina del apocalipsis

Por Martin Wolf. Comentarista económico principal¿Son las crisis financieras una característica inevitable del capitalismo? ¿Debe el gobierno rescatar el sistema cuando se producen grandes crisis?En su libro ?Stress Test?, Timothy Geithner, presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York y secretario del Tesoro de EE.UU. durante la crisis de 2007 y#8211; 2009, da un rotundo ?sí? a ambas preguntas. Sin embargo, estas respuestas también dañan la legitimidad de una economía de mercado. Ya es de por sí malo que el capitalismo sea propenso a crisis. Es peor aún si el Estado se ve obligado a rescatar a aquellos cuya locura o criminalidad causó el daño, con el fin de proteger a los inocentes. Geithner afirma no solo que las crisis se repiten con certeza, pero que los gobiernos deben reaccionar con fuerza abrumadora. La única manera de detener una crisis es eliminar las circunstancias que hacen del pánico una reacción racional. Eso significa que el gobierno debe endeudarse más, gastar más y exponer a los contribuyentes a más riesgos a corto plazo, ?aunque parezca que se está premiando la incompetencia y la venalidad, aun si alimenta percepciones de un gobierno desbocado, derrochador y hambriento de rescates?. Ésta es una declaración audaz de un punto de vista impopular.Sheila Bair, jefe de la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) durante la crisis de 2008, ofrece un punto de vista opuesto, argumentando que si Wall Street cree que el gobierno siempre va a pagar los platos rotos causados por sus malas apuestas, la inestabilidad será el resultado inevitable. La justificación de Geithner de los rescates solo tiene sentido, ella dice, una vez que hayas aceptado un falso dilema: ?Nuestras únicas opciones eran o no hacer nada o buscar medidas exageradas, cosa que hicimos?.La idea de que el capitalismo es propenso a crisis parece convincente. La estabilidad desestabiliza. Es, como lo sugiere Geithner, es humano asumir riesgos durante un prolongado período de prosperidad. Eso ocurrió en el ciclo de apalancamiento que precedió a la crisis. La gente no se apalancó porque esperaba ser rescatada; lo hizo porque esperaba usufructuar. ?DESCUIDO RACIONAL?

Sin embargo, existe también lo que me gusta llamar ?el descuido racional?. El hecho de que los rescates gubernamentales eran probables en caso de que sucediera lo peor seguramente sirvió de estímulo a los prestamistas, aumentando así el riesgo de una burbuja de crédito desestabilizadora.Una vez...

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