Los desafios de una gestion metropolitana al servicio de sus ciudadanos.

AutorMolina Mart
CargoLIMA, HORA CERO

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

El continuo urbano que forman Lima y El Callao es la única ciudad en el Perú que abarca dos provincias (sin contar que al este y al sur ya comprende distritos de otras provincias vecinas). Objetivamente, esto le confiere una condición singular que demanda un régimen de gestión también singular.

Una ciudad es un organismo que tiene una serie de sistemas que la sirven en su conjunto y que, por ello, requieren de una planificación coordinada y una gestión unificada para asegurar una mayor eficiencia en el uso de los recursos y equidad en la distribución y cobertura de los servicios a la población y a las actividades urbanas: sistemas vial y de transporte, agua, desagüe y energía, gestión de residuos sólidos, abastecimiento mayorista, grandes equipamientos recreativos y deportivos. Requiere, además, de políticas articuladas en temas sustantivos que comprometen al conjunto de la ciudad: ordenamiento territorial, expansión y densificación urbanas, manejo de cuencas, control de la contaminación, seguridad ciudadana, promoción de la ciudad.

El conjunto urbano de Lima y El Callao es gestionado por cincuenta entidades de gobierno: 47 municipalidades distritales, 2 municipalidades provinciales y un gobierno regional, ninguna con jurisdicción sobre el total del ámbito urbano. Asimismo, diversas entidades del gobierno nacional manejan sistemas específicos de la ciudad. Sedapal es el caso más visible, pero también los sistemas de salud y educación públicas, la seguridad ciudadana y ciertos programas sociales, en el caso de Lima, son todavía gestionados por el gobierno nacional, muchas veces de manera superpuesta o paralela a servicios provistos por las municipalidades.

Es verdad que en una ciudad con la superficie y la población de Lima y El Callao no todas las escalas de prestación de estos servicios pueden ser dirigidas desde una instancia centralizada sin sacrificar la eficiencia, la adecuación a las demandas específicas de los usuarios y la rendición de cuentas. Por lo tanto, es indudable que su gestión requiere de instancias descentralizadas de decisión que acerquen estas a los ciudadanos y usuarios de los servicios.

La pregunta es ¿qué debe estar unificado y qué debe ser descentralizado? Para responder, primero hay que entender que la ciudad ya no gira alrededor del Centro de Lima. Como resultado de su proceso de expansión, se ha vuelto una ciudad policéntrica; a lo largo y ancho de ella se han ido formado diversos centros y subcentros de diversa jerarquía que, articulados al sistema vial principal y los flujos de transporte, estructuran la ciudad. En relación con esas nuevas centralidades, se han ido construyendo también nuevas identidades urbanas que, sin vías evidentes de diálogo entre ellas, en lugar de vincular, terminan contribuyendo a la fragmentación.

En ese mismo proceso, más allá de las delimitaciones político-administrativas, en la ciudad se han ido configurando áreas...

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