Dennis Rodman y su diplomacia deportiva en Corea del Norte

Por Adrián Foncillas. Desde Beijing

Dennis Rodman fue más conocido en las pistas por sus volcánicas y extemporáneas reacciones que por el cultivo de la diplomacia al estilo florentino. No parece la mejor carta estadounidense para aceitar las relaciones con Corea del Norte, pero los caminos de la geopolítica son inescrutables.

La ex estrella de la NBA aterrizó el martes en Pyongyang junto a tres miembros del virtuoso equipo de los Globetrotters para filmar un documental de una cadena de televisión estadounidense. El Departamento de Estado calificó el viaje de privado.

El apodado ?Gusano? llegó con sus tatuajes, sus piercings y su pelo teñido bajo una gorra girada a un país estalinista donde la moda masculina no va mucho más allá de los trajes militares color caqui. No abundan los precedentes de compatriotas suyos en Corea del Norte, donde se enseña a los niños a odiar al ?enemigo imperialista?. Jimmy Carter y Bill Clinton, ya como ex presidentes, viajaron fugazmente al país asiático años atrás para negociar la liberación de estadounidenses. Eric Schmidt, director ejecutivo de Google, realizó una sorprendente visita de cuatro días en el pasado enero. Quizás Rodman desconocía estos datos cuando confirmó a los periodistas norcoreanos que era su primera visita. ?Y creo que también es la primera vez para el resto de chicos?, señaló en referencia a sus acompañantes.

Hasta ahora, el basquetbolista ha mostrado más buenas intenciones que conocimientos sólidos. ?Vengo en son de paz. Estoy ansioso por sentarme al lado de Kim Jong-un. Amo al pueblo norcoreano?, anunció en Twitter.

No es al único al que quiere conocer. ?Quizá me encuentre al tipo de Gangnam...

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