Democracia y proyectos inconclusos en el sur.

AutorToro, Oscar
CargoTIERRA ADENTRO

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Las elecciones regionales y municipales han sido convocadas para el 3 de octubre próximo. Será el tercer recambio regional y el décimo municipal. La pregunta que surge es si una nueva gestión resolverá las dificultades de la población del sur, porque la esperanza de que así sea se pierde con cada nuevo presidente regional o alcalde ¿Por qué la democracia representativa descentralizada ha perdido el encanto? ¿Por qué la polarización política social que se observa en las elecciones nacionales se fragmenta en las elecciones regionales y municipales? Del 2000 a la fecha, graves acontecimientos ocurrieron que demandan no solo una profunda reflexión sino una búsqueda de alternativas viables para que la macrorregión sur también exista: el levantamiento de las comunidades campesinas de la provincia de El Collao, en Puno, que acabó con la trágica muerte del alcalde de Ilave, acusado de corrupción; la denominada Gesta de Junio en Arequipa que culminó con el compromiso del gobierno central de postergar la privatización de las empresas eléctricas, con un saldo de dos ciudadanos muertos; el "Moqueguazo", provocado por una injusta forma de distribución del canon minero, que enfrentó violentamente a la policía y la población, además de los constantes enfrentamientos por el uso de recursos hídricos entre Arequipa y Moquegua y Arequipa y Cusco, por señalar los más visibles. Estos movimientos expresan el malestar frente al centralismo vigente a pesar de la descentralización, sustentado en la reprimarización de nuestra economía, centrada principalmente en la actividad minera. En particular, por la poca orientación de la inversión pública hacia los principales proyectos que impulsarían el desarrollo de la macrorregión. ¿Cuán importantes son las elecciones, tanto la nacional como las regionales y municipales, para conseguir que las demandas de los más de cinco millones de habitantes de la macrorregión sur sean escuchadas y solucionadas?

INAPROPIADA FORMA DE NOMINAR CANDIDATOS

Las encuestas se hacen con supuestos candidatos, pero faltando ocho meses para el día de las elecciones estos no están definidos. Los postulantes a la presidencia regional o a las alcaldías no afirman ser candidatos. Una razón para esta actitud es dejar menos tiempo a que los ataquen, haciendo que el período de demolición de sus candidaturas sea lo más corto posible. Esto cambiaría si la postulación no dependiese de una decisión personal y estuviese ligada a la voluntad del movimiento que pretenden representar.

Un segundo motivo es la norma que establece que los candidatos sean elegidos entre el 6 de abril y el 14 de junio en elecciones primarias de los partidos nacionales y locales, los que pueden inscribirse hasta el 5 de julio. Esto es claramente un error por su proximidad al día de las elecciones y por fortalecer el carácter caudillista de nuestra cultura política. Las elecciones no son una fiesta sino constituyen un período de reflexión de los ciudadanos sobre cómo solucionar sus problemas, y mientras más largo mejor. Recién el 5 de julio la población sabrá a ciencia cierta quiénes son los candidatos a las presidencias de las regiones y a las alcaldías provinciales y distritales, iniciándose formalmente la campaña. Entre esa fecha y el 3 de octubre es imposible realizar un debate de programas de gobierno y comparar las cualidades de los candidatos. El proceso electoral está diseñado, pues, para dar a conocer superficialmente los planes de gobierno, deformando el objetivo de las elecciones, cual es que los electores voten por programas y no solo por personas carismáticas y/o caudillos.

PARTIDO O MAQUINARIA ELECTORAL

En cada proceso electoral, si los pretendientes a los gobiernos regionales o municipales no tienen partido habilitado, inician recolecciones frenéticas de firmas para inscribir un movimiento. Según la ley, solo se requiere el 1% del total de votantes aptos; en el siguiente proceso se les exigirá el 3%. Las agrupaciones inscritas en el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) son: 23 partidos nacionales (pueden llegar a ser 25), 9 partidos locales regionales en Arequipa, 12 en Cusco y 14 en Puno, a los que se sumarán, en promedio, 3 organizaciones más en cada región. Si todos los partidos aptos participasen, tendríamos 32 candidatos al gobierno regional de Arequipa y a muchas municipalidades provinciales y distritales, 35 en el Cusco y 37 en Puno, lo cual sería irracional.

Durante el período previo a las elecciones, en los escenarios locales y regionales la vida partidaria es inexistente. No hay debate programático ni evaluaciones de lo que se están haciendo los gobiernos regional o locales, menos aún elaboración de propuestas desde la oposición. Si por ahí existe la posibilidad de revocar a un presidente regional o a un alcalde, la actividad política se centra en el recojo de firmas para vacarlo. Arequipa tuvo un comité para revocar al presidente regional y al...

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