En defensa de los ?horrorosos?

Por Augusto Townsend. Editor

Feliz cumpleaños atrasado, querida/odiada Lima, la ciudad donde todos creen tener autoridad moral para juzgar al resto. La semana pasada vimos cómo al discutirse la revocación de su alcaldesa, una de sus voceras oficiosas se refirió a los ?nuevos ricos? capitalinos como unos ?horrorosos?. Tras percatarse de que su comentario no fue ocurrente sino desatinado, quiso atenuar su impacto diciendo que se refería a su ?huachafería? y a la forma cómo gastan su dinero. Finalmente, no le quedó más que pedir disculpas.

Con su clásico estilo matalascallando, muchos limeños encuentran la manera de culpar a la ?huachafería? de terceros por aquella envidia del éxito ajeno que les da vergüenza admitir, sobre todo si a ellos ya no les va tan bien. No se dignan a reconocer que, quizá a diferencia de sus propios casos, a estos ?nuevos ricos? les costó mucho más forjar sus fortunas y que su mayor mérito está, precisamente, en haber sorteado los obstáculos y vencido a las probabilidades, que los condenaban a priori. Hoy algunos ?viejos ricos? sienten que aquellos invaden sus espacios y contaminan su estética. Ya no solo los encuentran en Asia, sino que compran en las mismas tiendas, así que pueden aparecerse vestidos...

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