Debilidades de una alcaldesa

Por Pedro Ortiz Bisso. Periodista

Pocos imaginaron que el primer gran sofocón que sufriría Susana Villarán sería ocasionado por los vendedores ambulantes. Si bien la lasitud en los controles llevaba meses y en ciertas calles del Centro de Lima era común ver a puñados de comerciantes apoderados de las veredas, mientras los serenos intentaban hacerse los distraídos, la propia municipalidad no parecía estar muy interesada en darle una solución inmediata a este problema, de ahí su vacilación inicial tras la denuncia de El Comercio.

Aunque sería injusto hacer un balance sobre la nueva administración dado el poco tiempo que lleva a cargo de la ciudad, algunas acciones empiezan a develar flaquezas en la toma de decisiones (las idas y venidas en el plan Zanahoria, el escaso entusiasmo para investigar el Caso Comunicore, la ?traducción? que requirió el anuncio sobre el funcionamiento de las combis, etc.), que revelarían cierto grado de improvisación cuyas consecuencias podrían ser perjudiciales para el rumbo de la ciudad.

Por otro lado, las autorizaciones de trabajo dadas a los ambulantes por la anterior gestión, un día antes de abandonar la municipalidad, parecen ser solo las primeras de varias bombitas de tiempo que explotarán en el futuro próximo.

Pese a...

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