Los CEO deberían pasar por una revisión técnica para evitar accidentes de tránsito corporativos

Por Lucy Kellaway (*)

La semana pasada, un conocido que dirige su propio negocio recibió un correo electrónico del propietario de su oficina sobre la limpieza de las ventanas. Para cumplir con los reglamentos de salud y seguridad, el propietario le estaba exigiendo que se establezca un ?plan estratégico?, en el cual se detalle la técnica que se utilizaría para limpiar la parte interior de las ventanas, además de una clasificación numérica de los riesgos que pudieran surgir. Es así que mi amigo dejó de estar al frente de su negocio para informar que el trabajo se había realizado utilizando un balde con agua, un poco de detergente, una esponja y una escobilla de goma para limpiar el vidrio.

Es así como se dan las cosas actualmente. Cada uno de los posibles riesgos que enfrenta un negocio ?no solo en relación con la salud y la seguridad, sino también en relación con todo lo demás? tiene que documentarse, revisarse, estar sujeto a clasificaciones numéricas de estrés y luego reevaluarse, tomando en cuenta los factores atenuantes.

Bueno, esa no es exactamente la verdad. No se miden todos los riesgos: hay uno que jamás será evaluado. Es el riesgo más grande de todos ?que al gerente general (CEO) se le suba tanto el poder a la cabeza que él o ella pierda la razón.

En ninguna parte de un registro de riesgos he visto a un ?CEO soberbio? como un peligro específico para la empresa, lo cual implica cierto descuido cuando se considera que este es el común denominador de todas las catástrofes corporativas de las que se ha tenido conocimiento.

Tan solo la semana pasada se le prohibió a Peter Cummings volver a trabajar de nuevo en el sector bancario, a tal punto que se ha considerado que él estaba fuera de control durante el desempeño de su cargo en HBOS. Pero me parece ridículamente tarde que la Autoridad de Servicios Financieros esté tomando tal medida a estas alturas ?cuando el daño fue hecho hace seis años?.

Lo que realmente se necesita descubrir es un método para atrapar a personas como Cummings antes que se lancen a sus juergas ?optimistas?. Por suerte, tengo una de esas ideas bajo la manga: exigir que todos los más altos ejecutivos hagan una prueba anual de soberbia, la cual esté diseñada sobre la base del modelo de revisión técnica para automóviles del Ministerio de Transportes. Esta idea, tristemente, no es mía. Se la he robado a Chris Wiscarson, jefe de la empresa de seguros Equitable Life, quien lo sugirió en una entrevista realizada la semana...

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