Daño cerebral por golpes en la cabeza

Por elmerhuertaLa semana pasada, se reveló el resultado del estudio hecho en el cerebro del fallecido Aaron Hernández, un joven futbolista profesional de la Liga Nacional de Fútbol de EE.UU. (NFL). Según los científicos del Centro para el Estudio de Encefalopatías Traumáticas de la Universidad de Boston, el cerebro de Hernández mostró signos graves de encefalopatía crónica traumática (ECT), un trastorno producido en el cerebro de futbolistas que sufren repetidos golpes en la cabeza durante la práctica del juego. Los familiares de Hernández han iniciado un millonario juicio contra la NFL y su club. Los acusan de no haberlo protegido durante su época de futbolista y afirman que los dirigentes deportivos sabían el peligro al que el futbolista se exponía. Aaron Hernández, que tenía 27 años y era conocido por su carácter impulsivo y violento, estaba cumpliendo cadena perpetua por el asesinato de un colega futbolista en junio del 2013. Hernández ?quien había tenido múltiples problemas con la ley, incluidas acusaciones previas de asesinato en el 2012? había empezado a jugar fútbol americano durante su infancia, y por su destreza y agresividad fue admitido en el equipo de fútbol de la Universidad de Florida. De allí fue transferido al equipo de los New England Patriots en Boston. Durante su carrera futbolística, jugó de puntero derecho, una posición que requiere gran talla y capacidad de bloquear con el cuerpo (incluida la cabeza) el avance de los jugadores contrarios. Al parecer sufrió dos severos casos de conmoción cerebral en su carrera, uno en la Universidad de Florida y otro con los Patriots. El número de golpes en la cabeza fue, sin embargo, incontable. Un año antes de su crimen, en el 2012, su club le había ofrecido un contrato de 40 millones de dólares hasta el 2018. El día que se ahorcó con una sábana en su celda de la prisión, su antiguo equipo de fútbol estuvo en la Casa Blanca, recibiendo un reconocimiento del presidente Donald Trump. ?Detección temprana?Damos estos detalles porque, al momento de conocerse su suicidio, la opinión pública norteamericana debatía las causas de su triste destino. En ese contexto, el informe de la semana pasada, que muestra que el cerebro de Hernández tenía ECT de tercer grado (de un máximo de cuatro), sugiere que estuvo enfermo durante todos esos años y que sus actos pudieron haber sido consecuencia del daño cerebral adquirido por la práctica del fútbol americano. El problema de la ECT fue magistralmente...

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