El día en que Carlos Bruce habló

Por Mariella Balbi. PeriodistaEl congresista Carlos Bruce pasará a la historia por su valentía al declararse homosexual. Se han escuchado varios comentarios de que es bien macho. Sobre todo porque se expone a un sinfín de ataques y groserías que ya aparecieron en las redes sociales.Nadie está obligado a revelar sus preferencias sexuales. Vamos, a un heterosexual no se le exige que comente cuáles son sus zonas erógenas o qué lo erotiza más. Sin embargo, cuando un personaje público es gay, la demanda por saber si le atraen las personas del mismo sexo parece ser una obligación social.Esa actitud solo es abuso colectivo de personas intolerantes. El psicoanálisis ha profundizado en este tema sosteniendo que la bisexualidad es un estado que todos compartimos y que tras un homofóbico(a) se esconde un(a) homosexual reprimido(a).Ahora bien, esto que transita por los caminos de la subjetividad y las emociones no puede trasladarse al campo de los derechos. La moral propia, principalmente la religiosa, nada tiene que ver con la legislación, ni con los derechos humanos o civiles.Pero la ignorancia es atrevida. Tal vez si se volteara la mirada a la historia, se vería que, desde los inicios de la humanidad, la homosexualidad existe. Hasta Lesbos tiene una isla. Ciertamente no era delito, no había antis, ni nada por el estilo. A inicios de la era cristiana, en la epístola de San Pablo a los romanos, aparece el concepto de concupiscencia de la carne.Según el gran historiador Michel Foucault y otros especialistas, este concepto es el primer giro en la represión sexual que incluye la homosexualidad. Sépase que en la temprana Edad Media los reyes debatían sus problemas en la cama, sin mucho...

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