Curul remendada

Al declarar infundado el recurso extraordinario presentado por Alejandro Yovera para evitar su desafuero, el Jurado Nacional de Elecciones culminó recientemente un largo proceso supuestamente reparador. Este, como se recordará, se había iniciado cuando el Poder Judicial condenó al ?ahora ex? legislador por consignar información falsa en su hoja de vida y continuó cuando, tras múltiples dilaciones, el Consejo Directivo del Congreso finalmente cumplió con destituirlo.Acto seguido, el martes pasado para ser precisos, el ente electoral entregó las credenciales requeridas para reemplazar a Karina Beteta: la postulante del mismo partido (Fuerza Popular) en la misma región (Huánuco), que más votación obtuvo después de él. Y en teoría, todos deberíamos estar satisfechos, porque se ha cambiado a un representante sobre el que pesa una sentencia judicial firme por alguien sobre quien solo pesarían esperanzas.En la práctica, sin embargo, las cosas no se presentan de un modo tan amable. Para empezar, la señora Beteta está volviendo en realidad al Parlamento, pues en el 2006 lo hizo en la lista del partido Unión por el Perú (UPP), que en esos comicios sirvió de albergue al nacionalismo. Cinco años después, curiosamente, estuvo dispuesta a postular por una organización ubicada en las antípodas políticas de aquel ?la fujimorista Fuerza Popular?, lo que no constituye una manifestación exacta de transfuguismo, pero se le parece bastante. Una vez en el Legislativo, además, ella acumuló méritos cuestionables. Los memoriosos han evocado, por ejemplo, que, en su condición de presidenta de la Comisión de la Mujer y Desarrollo Social, concedió un galardón a Magaly Medina por su ?labor emprendedora y representativa de la mujer peruana?. Y lo hizo sin contar con la aprobación del grupo de trabajo parlamentario que presidía y a solo semanas de que la periodista hubiera dejado la cárcel tras cumplir una condena por difamación. Nadie olvida tampoco su voto en la Comisión de Ética en contra de la suspensión de José Vega, acusado por la contratación irregular de la conviviente de su hijo en su despacho. O su vehemente defensa del ex congresista José Anaya, el recordado ?Comepollo?, acusado de falsificar comprobantes de pago para acreditar sus gastos operativos en el Congreso y hoy condenado por la Sala Penal Especial. A todo esto hay que sumar las investigaciones por lavado de activos que la fiscalía inició en relación con ella en el 2009, debido a una...

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