Cumbres borrascosas.

AutorDiez, Jonathan
CargoTIERRA ADENTRO

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Octavio Mulato es uno de los alpaqueros más importantes de Huancavelica. A sus 68 años, ha logrado consolidarse en la producción de fina fibra de alpaca en la zona de Choclococha, a más de cuatro mil metros de altura.

"Pasa, amigo, pasa, primero tomaremos desayuno", dice con amabilidad. Su casa es de piedra y oscura. El sol quema y la nieve va desapareciendo. Una olla negra hierve el upo de harina, una especie de leche de trigo blanco que prepara la esposa de Octavio. El humo se concentra dentro de la pequeña casa y, mientras combinamos el upo con pan y canchita, nos tapamos la nariz para que el hollín no nos haga vomitar.

Don Octavio es dueño de más de seiscientas alpacas. Diariamente él, sus hijos y su esposa se levantan al alba para pastear, alimentar y supervisar la distribución adecuada de las alpacas. La organización de las alpacas es llevada en unos registros que impiden que el apareamiento equivocado perjudique la finura de la fibra de la cría. "Es importante para nosotros poder tener el poder de la reproducción de nuestro ganado, ya que allí radican nuestros beneficios económicos", asegura don Octavio. Para que la fibra de alpaca sea de más calidad y genere mayores ganancias, es necesario un acucioso registro

de apareamiento controlado. Esto implica un trabajo arduo, cotidiano y responsable.

Así como don Octavio, quince mil familias huancavelicanas dependen íntegramente del mercado de la fibra de alpaca. ¿Existen políticas que promuevan un adecuado desarrollo de esta actividad económica? ¿Ha sido prioridad de los gobiernos de turno establecer plataformas que permitan un buen manejo de la producción pecuaria? "De Ollanta Humala no esperamos mucho. Somos conscientes que dependemos íntegramente de nuestra capacidad técnica en el mejoramiento de nuestro ganado. La única manera de salir adelante es con nuestra voluntad de trabajo. Si no hay trabajo, no hay nada. Ya sabemos cómo es todo este asunto de la política...", dice don Octavio con resignación.

En los ochenta y parte de los noventa, el contrabando de alpacas impidió iniciar procesos de mejora genética con reproductores de calidad. Durante la crisis de 1988, el precio de la fibra bajó de cinco a tres soles. La venta ilegal de fibra afectó enormemente a los alpaqueros, a los ciudadanos de a pie: no existen plataformas económicas para afianzar este sector como un eje importante de la economía huancavelicana.

El vacío dejado por el Estado ha intentado ser llenado por diversas instituciones. A lo largo de la última década, estas han llevado asistencia técnica e impartido conocimientos para un mejor manejo de la actividad. En los ochenta, las comunidades alpaqueras no contaban con asesoría y acompañamiento sostenidos y fueron zonas devastadas por Sendero Luminoso. El proceso de desarrollo pecuario era, en esos años, incipiente y...

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